El auge del movimiento antivacunas inquieta a la comunidad científica. Los 60 mayores expertos del mundo en salud pública reclaman ahora un mayor compromiso social para luchar contra la desinformación relacionada con la inmunización infantil. El llamamiento, bautizado bajo el epígrafe de 'Declaración de Salzburgo', aparece este mismo martes en un artículo de la revista 'Journal of Health Communication'. En él, los científicos reclaman tanto a los principales motores de buscadores (Google, Yahoo...) como a las gestores de redes sociales para que controlen la información sobre vacunas.

El objetivo de esta actuación es mejorar la identificación de afirmaciones falsas, refutadas o inexactas sobre la seguridad de las vacunas. Se trataría, por lo tanto, del mismo planteamiento que se utiliza para evitar la proliferación de contenidos sexualmente explícitos, violentos o amenazantes.

Paralelamente, se reclama a científicos, educadores y profesionales de la salud un mayor esfuerzo para corregir información engañosa sobre la vacuna y difundir información confiable y precisa a través de las redes sociales. También se pide a gobiernos y demás encargados de políticas públicas una regulación más estricta de aquellos casos que quedan exentos de vacunación.

Problema de salud pública

"Nos parece alarmante que la OMS haya declarado que las dudas sobre el uso de vacunas se sitúan entre los diez principales problemas de salud pública a nivel internacional", argumenta el Dr. Scott Ratzan, fundador del 'Journal of Health Communication' y del International Working Group (IWG) sobre vacunación y salud pública. "Estamos ante una crisis provocada por el hombre que resulta peligrosa y totalmente innecesaria. Para hacer frente a ello, tenemos que comunicar de manera constante información sobre vacunas al público tradicional para restablecer el consenso sobre la inmunización infantil", añade el experto.

"Estamos viviendo el resurgimiento de enfermedades potencialmente mortales como el sarampión, una infección que el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos declaró eliminada en el año 2000", argumenta Lawrence Gostin, director del centro colaborador de la OMS sobre la ley de salud nacional y global y codirector del IWG. "Los padres tienen derecho a tomar decisiones informadas sobre la vacunación de sus hijos, pero no podemos poner a sus hijos u otros niños en riesgo ante una enfermedad infecciosa grave. Tenemos que hacer un trabajo mucho mejor para llegar a los padres que dudan de las vacunas", comenta.