Madrid Central, una de las medidas estrella de Manuela Carmena, volvió ayer a estar en vigor. El ayuntamiento comenzó a multar a los coches que circulaban por el centro de la ciudad sin permiso después de que un juez paralizara el viernes la moratoria de las sanciones aprobada por el consistorio, ahora en manos del PP y Cs, con el apoyo de Vox. Una semana ha durado la suspensión adoptada por el actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en cumplimiento de su programa electoral.

Durante esos días se registraron atascos en las principales arterias pero ayer, en términos generales, el tráfico era fluido y el ambiente podía calificarse de normalidad, pese a que algunos conductores no sabían que un juez, atendiendo al recurso presentado por Ecologistas en Acción y Greenpeace, había levantado la moratoria. Según el auto, para evitar que la contaminación suba «sin control alguno».

El gobierno municipal informó el sábado y solo mediante un tuit de que las multas, de hasta 90 euros, volvían a estar vigentes. No usó ni los paneles informativos ni su página web. De hecho, en el portal online había ayer una noticia que informaba de que en los cuatro primeros días de moratoria los niveles de dióxido de nitrógeno mejoraron en 21 de las 24 estaciones. Las organizaciones ecologistas mantienen que ha sido precisamente la implantación de Madrid Central lo que ha bajado la contaminación a niveles insólitos.

Opiniones enfrentadas

La división está servida. Entre los partidos políticos y también entre los ciudadanos y los comerciantes. De hecho, la dependienta de una platería situada en la calle de Hortaleza, al pie de la Gran Vía, explicaba ayer que en su propio negocio hay opiniones enfrentadas. Ella es una firme defensora de Madrid Central y, aunque las ventas de la tienda se resintieron en marzo y abril, en los dos últimos meses se han recuperado. «El que quiere venir viene, andando o en transporte público», sostuvo. Pero su jefe y propietario del establecimiento añadió que la restricción perjudica al negocio. Lo mismo aseguró el dependiente de una tienda de helados unos números más abajo, quien aseguró que desde que entró en vigor el plan Madrid Central -en noviembre, en un primer momento sin multas, fase que se activó el 16 de marzo- la afluencia de gente ha disminuido. «Solo hay que ver cómo en esta calle muchos negocios están echando el cierre y ponen los carteles de se alquila o se vende», subrayó.

Entre los viandantes también había multitud de opiniones. Una pareja con un coche eléctrico, que sí tiene permitido el paso, explicó que compró este tipo de vehículo para no perjudicar el medioambiente y poder circular por Madrid Central o durante los episodios de alta contaminación. «Todos tenemos que poner de nuestra parte», recalcaron. Por su parte, un jubilado cuyo vehículo no tenía la etiqueta medioambiental debido a su antigüedad no entendía que él, pagando los mismos impuestos que el resto, no pudiera circular por el centro de la ciudad.

El alcalde, por su parte, manifestó que acata pero no comparte la decisión judicial, que será recurrida por el Consistorio. Y el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, precisó que la intención de su gobierno es que la moratoria dure «el menor tiempo posible», los días necesarios para plantear un «mosaico» de iniciativas que luchen contra la contaminación de forma «mucho más integral».