Madrid Central, la zona de circulación restingida con la que quiere acabar el nuevo alcalde, José Luis Martínez Almeida, es la zona de bajas emisiones «más eficiente» de Europa. Así la califica un informe de la organización Transport & Environment (T&E) que analiza la contribución de este tipo de medidas a la mejora de la calidad del aire. El documento destaca que la decisión tomada por la anterior alcaldesa, Manuel Carmena, ha logrado la máxima reducción de dióxido de nitrógeno (NO2), un 32%, de las más de 250 ciudades estudiadas.

El informe se limita a comparar resultados numéricos en cuanto a reducción de contaminación y no entra a analizar cuáles son las razones del éxito de la zona de bajas emisiones de Madrid. Lo que sí hace es establecer las medidas que deben contener este tipo de áreas para lograr buenos resultados, dos de las cuáles coinciden con las características de Madrid Central: el fuerte nivel de las restricciones a los vehículos y el alto grado de cumplimiento.

Ecologistas en Acción, la oenegé española integrada en T&E, destaca, en este sentido, que Madrid Central es una zona en la que solo los vehículos con etiqueta cero emisiones de la DGT pueden entrar y aparcar libremente, mientras existen restricciones para aparcar o transitar para el resto de los vehículos. La mayoría de los diésel y gasolina no pueden aparcar en superficie en Madrid Central, lo que hace que sean muy pocos los que entren, algo que no ocurre en otras urbes.

El informe defiende que en el futuro, las zonas de bajas emisiones solo permitan el acceso a los vehículos cero emisiones, una medida que «no solo ayudaría a mejorar la calidad del aire, sino también a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al transporte rodado».