Londres ha sobrepasado en los primeros cinco días del nuevo año los límites máximos anuales de contaminación ambiental establecidos por la Unión Europea, según datos oficiales divulgados ayer.

El límite estipulado por la legislación europea exige que la concentración máxima de dióxido de nitrógeno en el aire no exceda los 200 microgramos por metro cúbico más de 18 veces a lo largo de un año en ninguna zona de la ciudad. Con relación a esta regulación, los nuevos datos divulgados revelan que en la calle de Brixton Road, en el barrio de Lambeth, ya se han concentrado los niveles más altos de NO2 sin siquiera haber concluido la primera semana del 2017.

Según un proyecto ambiental sobre el aire de Londres realizado por el King’s College, la normativa se quebró antes de que dieran las 21.00 GMT de este jueves a causa de la concentración de esa sustancia contaminante, vinculada a problemas de corazón y pulmón.

De hecho, la norma se quebró este año incluso antes que en 2016, cuando fue una calle del barrio de Putney, en el suroeste de la ciudad, la que registró una infracción de la regulación, según los hallazgos de ese proyecto.

El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ha anunciado que instalará en Londres diez «zonas de autobuses de bajas emisiones» a fin de mejorar la calidad ambiental en algunas de las vías más contaminadas de la capital.

Se espera que con estas medidas se puedan recortar en un 84% los niveles alcanzados actualmente por el NO2.

En octubre, Khan anunció que quiere adelantar un año, a 2019, la introducción de una «zona de emisiones ultra bajas» (ULEZ) en el centro de la capital, en la que todos los coches, motos, furgonetas, autobuses y vehículos pesados deberán cumplir con rigurosos criterios sobre emisiones.