La llegada de los primeros humanos a las islas del Caribe y las posteriores colonizaciones, incluida más reciente procedente de Europa, tuvieron un efecto demoledor sobre las poblaciones de mamíferos, según muestra una investigación paleontológica encabezada por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore (Maryland, EEUU).

Los autores concluyen que la actividad humana ha sido la principal responsable de que hayan desaparecido más del 60% de las casi 150 especies de mamíferos nativos con presencia en el registro fósil reciente.

Los resultados, según explican los científicos en un comunicado, subrayan la necesidad de una intervención urgente para proteger las especies nativas que todavía habitan la región. El artículo se publicado en la revista 'Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics'.

COTEJAR CRONOLOGÍAS

Los investigadores presentan una cronología sobre fósiles creada a partir de la recopilación de cientos de artículos publicados en revistas científicas. A continuación, la cotejan con las fechas de la llegada de los humanos. Y el resultado es que las extinciones coinciden con esos movimientos demográficos: "El momento de las extinciones indica que los seres humanos desempeñaron un papel clave en la desaparición de muchos de los mamíferos endémicos del Caribe", lamenta uno de los autores, Siobhan Cooke, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Los autores muestran que después de cada ola de migraciones humanas se producen extinciones de mamíferos, presumiblemente causadas por la caza y la pérdida de hábitats ocasionada por los asentamientos humanos y el desarrollo agrícola.

Las primeras cuatro olas de asentamientos humanos en el Caribe se produjeron hace entre 6.000 y 7.000 años. La última ola de asentamientos, la colonización europea que se inició hace cinco siglos, alteró gravemente el ecosistema nativo debido a la introducción de especies invasoras como hormigas, ratas, ratones, gatos, cabras, vacas, caballos y cerdos, muchos de los cuales establecieron poblaciones salvajes y desproveyeron de sus nichos naturales a un buen número de mamíferos nativos.

Todo ello, sumado a la transformación del paisaje derivada de la tala de bosques para el cultivo de productos comerciales como la caña de azúcar, el algodón, el café y el arroz, causó "una gran explosión de extinciones", explica Cooke. Actualmente, la agricultura, la minería y el desarrollo urbano continúan interrumpiendo el ecosistema nativo.

LOS SUPERVIVIENTES

Los mamíferos que sobrevivieron a esas olas de extinción son sobre todo murciélagos e insectívoros como la musaraña. En la actualidad solo quedan 60 especies de murciélagos, nueve de las cuales están amenazadas de extinción, y otros 12 mamíferos, ocho de las cuales también están bajo peligro de extinción, incluida la jutía -un gran roedor que recuerda a la nutria- y el solenodonte, un mamífero similar a la musaraña.

"La situación actual es tan precaria que, si una sola cueva se derrumba por un huracán, por ejemplo, una especie entera de murciélagos puede quedar extinguida -escribe Cooke-. Está claro que necesitamos gestionar estas especies amenazadas porque necesitan nuestra ayuda para sobrevivir". Los murciélagos nativos son críticos para la sostenibilidad a largo plazo del ecosistema nativo, ya que polinizan las flores, propagan semillas y controlan las poblaciones de insectos.