Ángel Hernández, el hombre que ayudó a morir a su mujer, aquejada de una grave enfermedad, no será investigado por violencia machista al rechazar la jueza de violencia sobre la mujer asumir la investigación de los hechos ocurridos el pasado 3 de abril. Lo ha acordado la magistrada en un auto en el que rehúsa la inhibición del Juzgado de Instrucción 25 de Madrid respecto del asunto, al entender que la solicitud expresada a su marido de forma seria e inequívoca por parte de la esposa de poner fin a su vida convierte este presunto delito en excepción respecto a las conductas recogidas en la ley integral de violencia sobre la mujer.

Una vez que el testimonio de la causa le sea devuelto al Juzgado de Instrucción número 25 de Madrid, la titular de este órgano deberá resolver si finalmente tramita el asunto o eleva una cuestión de competencia ante la Audiencia de Madrid. Tras conocer esta decisión, Hernández se mostró «muy contento» según reconoció a los periodistas antes de participar en un coloquio en el Teatro del Barrio sobre la eutanasia y el derecho a morir dignamente. El hombre, que se enteró de la noticia por los medios de comunicación, consideró que «una institución como es la de violencia de género y que es tan necesaria para luchar contra la violencia machista no se podía mezclar» con su caso pues «sería un desprestigio» para ella. Ya en el debate indicó que le molestó que un juzgado de instrucción se inhibiera en favor de los juzgados de violencia sobre la mujer.

Hernández señaló que cada vez está mejor, porque han pasado ya tres semanas desde que ayudara a morir a su esposa, si bien destacó que ha sido muy duro, que pasó su duelo en el calabozo y confió en ir «evolucionando hacia una estabilidad física y mental». En su intervención, pidió que «absolutamente nadie» haga lo que hizo él, porque con su acto «ya basta», aunque instó a quienes se encuentren en su situación a no abandonar a su familiar, y a estar con él hasta el final.

Insistió en que, si puede, sea el enfermo el que ponga fin a su propia vida y que deje constancia de su deseo de suicidarse exculpando a sus familiares con la grabación de un vídeo en el que reconozca su intención de morir.