El juez que investiga la muerte del niño Dónovan Párraga, cuyos restos fueron encontrados en una fosa séptica el pasado 23 de enero en Trijueque (Guadalajara), ha decidido archivar el caso tras recibir el informe definitivo de la autopsia, que descarta la tesis del homicidio. Según informaron fuentes cercanas a la investigación, el juez Javier Merchante firmó ayer un auto provisional en el que justifica la decisión "por no existir ningún elemento que haga pensar en la posibilidad de un homicidio", puesto que el dictamen forense se inclina por la hipótesis del accidente.

Además, el juez pone a disposición de Gloria Rodríguez, madre del menor, que tenía su tutela, los restos de su hijo para que puedan ser inhumados y que permanecen desde hace casi dos meses en el tanatorio Nuestra Señora de la Antigua de Guadalajara.

El informe criminalístico-antropológico hecho por el equipo forense adscrito a los juzgados de Guadalajara y por el perito José Ramón Civantos, que fue contratado inicialmente por el padre, confirma que "no existe ningún signo de violencia".

Respecto a las dudas planteadas por el padre del niño, Francisco Párraga, tras la aparición de pigmentos rojizos y marrones en la sien derecha del niño, los forenses confirman que son generados "por los procesos de putrefacción y no a causas externas".

Tras conocer la decisión judicial del archivo del caso, que podrá ser recurrida ante la Audiencia Provincial, la madre de Dónovan se encuentra "profundamente triste, pero con la inquietud de saber que su hijo aún no ha sido enterrado", por lo que confía en que sus restos sean inhumados cuanto antes pero sin obstaculizar la investigación.

El niño Dónovan Párraga, de doce años, desapareció de la urbanización La Beltraneja de Trijueque (Guadalajara) la tarde del 27 de febrero del 2002 cuando iba a tomar el autobús para dar clases de judo y fue encontrado el pasado día 23 de enero en una fosa séptica situada a unos trescientos metros de su casa, donde vivía con su madre.