Los trabajadores que atienden a los inmigrantes internados en la futura cárcel de Archidona (Málaga) encontraron ayer el cuerpo sin vida de un ciudadano argelino, de 36 años, que se habría suicidado ahorcándose con una de las sábanas de la celda. La Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer lo ocurrido, mientras que las plataformas y colectivos de apoyo a los inmigrantes llevarán el caso a la fiscalía y solicitan que se paralicen las devoluciones por la presión que provoca entre los internos y reprochan que en Archidona, habilitado como centro temporal y de emergencia según el Gobierno, se están repitiendo las mismas situaciones que en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIES).

El suceso se produjo a primera hora de la mañana, cuando el interno faltó al desayuno. Al ir a buscarlo a su celda individual, los agentes encargados le encontraron ya inconsciente y nada pudieron hacer por salvarle la vida. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia.

Según la Policía Nacional, el inmigrante llegó en patera a las costas de Murcia a finales de noviembre. Ante la falta de espacio en otros CIE, un juez de Lorca optó por autorizar su traslado y el de otros cientos de inmigrantes llegados esos mismos días a las instalaciones de la futura cárcel de Archidona hasta el próximo 18 de enero. Se trataba, según dijo el ministro de Interior, de una situación «extraordinaria» y «temporal». El centro llegó a acoger a 600 inmigrantes, aunque ahora se desconoce la cifra de internos.

Esta medida judicial ya ha sido recurrida por diversos colectivos que cuestionan el uso del centro penitenciario como CIE. IU anunció que llevará al Congreso la reprobación del ministro de Interior Juan Ignacio Zoido, mientras que el PSOE le pedirá que aclare las circunstancias. El propio Defensor del Pueblo cuestionó este uso de una cárcel y alertó de «numerosas carencias» de las instalaciones y el servicio dado a los internos.

MUCHOS PROBLEMAS

Tampoco los inmigrantes han sido ajenos a su situación, y el ambiente se ha ido tensando en las últimas semanas a medida que se iniciaban las devoluciones a Argelia, con altercados y motines que causaron daños en el mobiliario. «Tenían dificultad para hablar con abogados, no tenían asistencia psíquica o psicológica, ni tampoco información sobre qué iba a pasar con ellos, si iban a ser expulsados o no», explicó la senadora de Podemos Maribel Mora. Ya en su momento reprochó la falta de comida y que dos semanas después de su llegada al centro, y en plena ola de frío, los inmigrantes seguían con la misma ropa con la que habían llegado a España.