Un inmigrante murió ayer domingo en Melilla durante un intento de salto masivo de la valla en el que participaron cerca de 300 subsaharianos y que tuvo lugar a las nueve de la mañana en el área de los Pinos de Rostrogordo, en las zonas A-8 y A-10 del perímetro fronterizo. Unos 200 lograron acceder a la ciudad autónoma. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguraba nada más conocer los hechos que el Ejecutivo «siempre apostará por una solución coordinada y europea ante el reto migratorio».

El fallecido fue encontrado por la Guardia Civil junto con otras tres inmigrantes en las inmediaciones del Pantano de Adelfas, cerca del punto de la valla en el que ha tenido lugar el salto. A partir de ese momento se ha activado el protocolo de la Cruz Roja para atender a los 19 subsaharianos lesionados. Los que lograron entrar en Melilla se han dirigido en grupo hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) donde eran recibidos con gran alegría por parte de sus ocupantes. Este es el segundo salto masivo en Melilla este año después del que tuvo lugar el pasado 6 de enero, cuando 209 extranjeros lograron acceder a la ciudad. El 11 de septiembre, otros cinco inmigrantes lograron pasar la frontera.

La Delegación de Gobierno informó de que se practicará una autopsia al fallecido, aunque avanzó que se cree que su muerte se ha debido a una parada cardiorrespiratoria. «A pesar de los intentos de los servicios sanitarios por reanimarlo, no se ha podido hacer nada por su vida», ha asegurado la delegada Sabrina Moh. Al ser preguntada sobre una posible aplicación del Acuerdo de Readmisión firmado entre España y Marruecos en 1992, la delegada del Gobierno únicamente ha respondido insistiendo en que «se está siguiendo el procedimiento habitual».

Un amplio dispositivo policial se ha instalado en el perimetro fronterizo y ante el CETI, mientras los recién llegados superaban los trámites de identificación en el interior. En esta operación han resultado también heridos seis guardias civiles, que no han requerido asistencia sanitaria. La Red Española de Inmigración ha presentado una denuncia ante el Defensor del Pueblo para que investigue la muerte del inmigrante y ha pedido al Gobierno que paralice la devolución de las 200 que consiguieron entrar y se efectúe una devolución expréss.

Esta plataforma ha criticado que el acuerdo de readmisión de 1992 esté convirtiéndose «en la tónica del Gobierno para solucionar un problema estructural de coordinación de flujos migratorios» cuando es contrario a lo recogido en el protocolo para la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, que rechaza de forma expresa las expulsiones colectivas de extranjeros.

La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha lamentado la muerte del inmigrante tras el último salto a la valla de Melilla, un suceso que «se veía venir» según esta organización y de la que, dicen, ya habían advertido. Y para evitar más tragedias como esta, la AEGC ha insistido en que se necesitan más recursos humanos y materiales. «AEGC lleva años advirtiendo de que algo así podía ocurrir en cualquier momento; hoy ha sido un inmigrante pero podía haber sido uno de los guardias civiles que custodian la frontera», remarcan desde la asociación, que también considera «lamentables» y «tristes» las lesiones sufridas por los guardias civiles.

En lo que va de año, según las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior, un total de 5.202 inmigrantes han entrado en Ceuta (1.633) y en Melilla (3.569) a través de las vallas fronterizas. El año pasado en el mismo período llegaron a la península a través de Ceuta 1.811, mientras que por Melilla fueron 3.128.

El nuevo salto se produce precisamente un día después de que el Gobierno de España entregara a Marruecos a 24 de los 30 inmigrantes de origen subsahariano que llegaron el viernes de madrugada a las islas Chafarinas a bordo de una patera, aplicando el acuerdo de los años 90.