El incendio forestal declarado el sábado en las cumbres de Gran Canaria continuó la madrugada de ayer con virulencia impulsado por los fuertes vientos y ha arrasado ya unas 1.500 hectáreas de terreno. Sin embargo, el fuego no avanzó durante el día de ayer y el dispositivo de extinción pudo llegar a todos los puntos del fuego. Florencio López, jefe de servicio de la Dirección General de Seguridad del Gobierno canario, dijo anoche a los periodistas que durante el día se había podido llegar por tierra y por aire a puntos que hasta ahora eran inaccesibles y subrayó que la situación «es muy buena» aunque las condiciones del viento se mantienen igual con la previsión de fuertes rachas, por lo que las posibilidades de reactivación «son muy altas».

El técnico señaló que no se dirá que se ha estabilizado o controlado hasta que cambien las condiciones del viento. Sobre el regreso de los evacuados a sus viviendas, López apuntó que la dirección de las labores de extinción estaba valorando si se daban las condiciones de seguridad para que ello sea posible y dependerá de las zonas.

El técnico explicó que las labores de extinción han sido muy fructíferas en el frente más activo que era el de Tejeda y el del barranco de este municipio pero indicó que también es el que mayor riesgo tiene de reactivación.

MEJOR PREVISIÓN

Como el comportamiento del fuego fue bueno durante la jornada, el dispositivo terrestre pudo entrar en todas las zonas y determinar pasos de salida y entrada por si fuera necesario combatir un foco durante la noche. «Las perspectivas son mucho mejores que las que hemos tenido las noches anteriores» dijo el técnico.

Y es que aunque en la noche del domingo que logró «contener» el fuego, los fuertes vientos que soplaron durante la noche, con rachas de hasta 70 kilómetros por hora, extendieron el fuego y se produjeron más desalojos.

El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, mostró ayer su preocupación porque las previsiones meteorológicas para los próximos días anuncian una ola de calor en el archipiélago, lo que dificultaría las labores de extinción definitiva de este incendio.

Algunos de los 125 vecinos de los municipios de Tejera y Artenara que tuvieron que ser desalojados la madrugada del lunes echan en falta una mayor limpieza del monte de la isla, según han dicho. Respecto a la vuelta a sus casas, Torres aseguró que «se hará cuando se den las condiciones necesarias de seguridad para que eso se produzca» y, «si las cosas caminan dentro de lo previsto», podrían volver este martes.

Las personas del barrio de Juncalillo, en el municipio de Gáldar, que fueron desalojados el sábado, han podido regresar ya a sus casas.

En una visita a las personas que se encuentran en el albergue de San Mateo, Torres afirmó ayer que este incendio es «impredecible» y, aunque su cola está controlada, que es la zona en la que viven los vecinos de Tejeda, «hay una cabeza (de fuego) hacia a La Aldea (...), y ahí en estos momentos están actuando los efectivos aéreos».

«Lo que tenemos que hacer en estos momentos es centrarnos en el gran objetivo: extinguir el incendio y que no haya daños personales», subrayó. «Gran Canaria tiene en estos momentos una situación de extrema sequedad y viene una ola de calor (...)», advirtió. El fuego obligó a cerrar tres carreteras de Gran Canaria, las del cruce de Ayacata, el de Acusa y la que discurre entre los Pinos de Gáldar y la Cruz de Tejeda.

Por otra parte, la Junta de Castilla y León dio ayer por controlado el incendio que se desató este lunes en las proximidades del Parque Natural de las Arribes del Duero y en el que llegó a adentrarse. El incendio ha tenido dos focos, separados por tres kilómetros, entre los municipios de Saldeana y Barruecopardo, en la provincia de Salamanca, y, según las primeras estimaciones, ha arrasado algo más de 170 hectáreas.