Miguel Martín Vargas, de 63 años, asesinado el pasado 3 de julio en su casa del núcleo de población de Miami Platja (Mont-roig del Camp) es el exsuegro de Jorge Casas Cordero, el hombre al que los Mossos d’Esquadra atribuyen la autoría de este homicidio y la del camarero tiroteado el 29 de junio en Vilanova i la Geltrú. Se trata del mismo hombre que, además, el pasado jueves dejó heridos a dos policías locales en el tanatorio de Gavà (Barcelona). La principal línea de investigación es que se trata de una venganza familiar. Al parecer, el pistolero, que estaba separado, había acudido al centro funerario, donde se velaba el cadáver del exsuegro, para aguardar la aparición de una persona allegada.

Casas es también el autor de otros tres homicidios en grado de tentativa, los de los dos policías locales de Gavà, realizada con una réplica de un subfusil AK-47, y el de una chica herida en el bar Sindicat del Vi de Vilanova el pasado 29 de junio, en el mismo establecimiento en el que mató al camarero. Ahora, falta por relacionar el móvil del ataque al bar de Vilanova, ya que no se ha descubierto una posible relación familiar entre Casas y la pareja del bar.

ARSENAL / El detenido, que permanece hospitalizado recuperándose de las heridas que sufrió en el transcurso de la huida, estaba en posesión de permiso de armas para la práctica del tiro deportivo, y en todos los sucesos utilizó la misma arma larga.

Los Mossos registraron ayer, durante casi dos horas, la casa que ocupaba desde hace dos años el presunto asesino en la urbanización La Muntanya del Mar, en Canyelles (Garraf). Según ha podido saber este diario, en la vivienda, de dos habitaciones y un sótano, se han encontrado numerosas armas de fuego, que los agentes han sacado en bolsas de basura para proceder a analizarlas.

Aunque en el consistorio de Canyelles, donde está empadronado, les consta que Casas, de 44 años y sin antecedentes policiales, trabajaba como veterinario, sorprende «que tuviera tantas armas en su poder», afirman fuentes cercanas a la investigación, «por lo que podría tener alguna vinculación militar».

Los agentes también pretendían verificar si en la casa residía una segunda personas ya que, al parecer, del coche que utilizó el presunto asesino en su huida se había apeado alguien en el centro de Canyelles, aunque la policía baraja la hipótesis de que el presunto homicida actuó en solitario.

RESTOS DE SANGRE / La policía autonómica también registró ayer los dos coches, ambos de color verde oscuro, de Jorge Casas Cordero. Uno de los vehículos, un Alfa Romeo, ha aparecido en una zona de difícil acceso por lo que se ha tenido que solicitar la ayuda de una grúa para poder retirarlo y trasladarlo al depósito municipal. En las proximidades de la casa aún había ayer restos de sangre que delataban las heridas que sufrió el presunto homicida. El pistolero residía en la sencilla casa, no se sabe si alquilada u okupada, en la parte más elevada de la urbanización.