El párkinson sigue siendo, a día de hoy, una enfermedad incurable. De ahí que todos los esfuerzos de la investigación se centren en estudiar cómo funciona el proceso de neurodegeneración que caracteriza la enfermedad.

Hasta ahora sabemos que la enfermedad está relacionada con la acumulación de proteínas (fibras amiloides de alfa-synucleina) en las neuronas encargadas de la producción de dopamina. Un proceso complejo en el que se acaban creando depósitos agregados de proteínas como la alfa-sinucleina. De ahí la búsqueda de inhibidores que frenen y reviertan su agregación.

Ahora una nueva investigación liderada por el Institut de Biotecnologia i de Biomedicina (IBB) de la Universitat Autònoma de Barcelona apunta directamente a una pequeña molécula conocida como SynoClean-D como posible freno a los procesos de neurodegeneración en modelos animales. Un esperanzador paso hacia el desarrollo de una aplicación terapéutica que, en un futuro, podría contribuir a luchar contra los efectos de esta enfermedad.

Fibras de alfa-synucleina / IBB-UAB

"Seguimos estando lejos de tener una cura para esta enfermedad. Pero ahora, por primera vez, hemos encontrado una sola molécula capaz de inhibir, revertir y evitar la agregación de la alfa-sinucleina, la proteína responsable de los procesos de neurodegeneración del párkinson", explica Salvador Ventura, investigador del Institut de Biotecnologia i de Biomedicina (IBB) y líder de esta nueva investigación.

La molécula

Los investigadores han anunciado el hallazgo de la molécula capaz de detener y revertir la neurodegeneración causada por el párkinson en un nuevo estudio publicado este mismo lunes en la revista PNAS, Un descubrimiento que plantea capacidades hasta ahora desconocidas de este compuesto.

"Hemos tenido que analizar más de 14.000 moléculas para dar con SynuClean-D. Se trata de la primera vez que encontramos una molécula capaz de ejercer las tres funciones clave para luchar contra el párkinson: inhibir, revertir y evitar la propagación de los agregados", explica Ventura. "Esperamos que en un futuro esta molécula pueda contribuir a luchar contra las primeras fases de la enfermedad", concluye el investigador.

Investigación

Experimentos realizados en gusanos de la especie Caenorhabditis elegans (un modelo de estudio muy utilizado para enfermedades neurodegenerativas) han demostrado la eficacia de esta sustancia. Los resultados apuntan a que esta molécula - suministrada a los animales a través de la comida - es capaz de reducir notablemente la agregación alfa-sinucleína, impidiendo la propagación de los agregados tóxicos, y, por tanto, evitando la degeneración de las neuronas dopaminérgicas.

En estos experimentos se ha observado que los gusanos que habían sido alimentados con esta molécula presentaban hasta cuatro veces más neuronas de aquellos que no habían consumido esta sustancia. Un hallazgo que ahora deberá ser replicado en otros modelos animales como es el caso de ratones y monos antes de que en un futuro pueda empezar a estudiarse en humanos.

Siguientes pasos

Después del alzhéimer, la de Parkison es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente, llegando a afectar a más de diez millones de personas en todo el mundo. Las estimaciones indican que su prevalencia continuará creciendo conforme envejezca la población, por lo que la investigación sobre los mecanismos detrás de la enfermedad y, sobre todo, su tratamiento, se convierten en una tarea prioritaria.