En España los muertos están más vivos que los muertos de cualquier otro país en el mundo. Lo dijo Federico García Lorca, y para demostrar que es cierto, ahí está su propia figura reconvertida en símbolo. Solo unas horas después de que la tercera búsqueda de los restos del poeta se cerrara con pruebas desconcertantes -una posible fosa en la que no hay huesos pero sí dos casquillos de bala-, en la Berlinale veía la luz un documental que convierte la cuestión lorquiana, y en general la de todas esas fosas comunes aún por abrir en España, en pertinente metáfora de la incógnita sobre nuestra memoria histórica. ¿Cómo puede un país cerrar las heridas de un pasado que ha sido activamente reprimido?

"Me encontraba en Barcelona justo en el momento más terrible de la crisis económica, y vi un grupo de gente que se manifestaba por la memoria histórica", recuerda la estadounidense Andrea Weisssobre los motivos que la llevaron a dirigir 'Bones of contention'(traducido, algo así como 'Los huesos de la controversia'). "Me pareció admirable que, incluso en momentos tan duros, hubiera espacio para reivindicar la dignidad".

DESENTERRAR EL PASADO

En concreto, la película pone en común la lucha política y social por encontrar 120.000 cadáveres de víctimas del franquismo enterradas en cunetas y pozos -y así desenterrar literal y figuradamente el pasado- con la búsqueda de las vidas de gays, lesbianas y transexuales castigadas con el olvido durante la represión de la dictadura. Y para ejercer de puente ahí está la figura de Lorca, que fue asesinado por sus ideas pero también por su sexualidad. Se dice que uno de los integrantes del pelotón de fusilamiento que acabó con él anunció orgulloso que le había "metido dos balas en el culo por maricón".

En 'Bones of Contention', Weiss sigue los pasos de varias víctimas. Antoni Ruiz, presidente del colectivo de Ex-Presos Sociales, relata cómo tras ser denunciado por homosexual por su propia madre vivió el infierno de la Ley de Peligrosidad Social (antigua Ley contra Vagos y Maleantes), que catalogaba a los homosexuales como delincuentes comunes. En prisión eran sistemáticamente violados y torturados o, cuando la homosexualidad pasó a ser considerada una enfermedad mental, enviados a campos de corrección para recibir terapias de choque.

"¿TÚ ERES LIBRERA?"

Isabel Franc, por su parte, recuerda los códigos secretos que tenían las lesbianas -"¿tú eres librera?", se decían las unas a las otras- para pasar desapercibidas, y reconoce que lo más duro para ellas fue que se les negara su existencia misma. "Contra los gays había una ley pero nosotras no teníamos ni eso. No existíamos porque a la mujer se le negaba su sexualidad".

Sobre todas esas tragedias, decimos, planea la de Lorca, al que 'Bones of Contention' reafirma como símbolo del movimiento por la memoria histórica, de la causa LGTB y de tantas cuentas pendientes de saltar con nuestra historia. "En España urge un diálogo sincero, como el que hubo en Sudáfrica o Alemania", insiste Weiss. "Hace falta no solo como simple forma de reconocimiento sino también como forma de protegerse y evitar que algo así pueda volver a suceder. No hay más que fijarse en mi país o en otros lugares de Europa para comprobar las fatales consecuencias que ignorar el pasado acarrea".

Comer, beber, hablar

Del cine de Hong Sangsoo ya se sabe qué esperar: largas escenas en las que los personajes hablan y hablan de sus problemas (a menudo, de pareja) mientras comen y sobre todo beben -por supuesto alcohol-, puntuadas por movimientos de cámara y a menudo separadas por capítulos. Eso a grandes rasgos es la película que ha presentado a concurso en la Berlinale, 'On the Beach At Night Alone', retrato de una joven amargada que aterroriza a quien la rodea con sus cambios de humor. Dado que lo que hace que algunas películas del coreano destaquen sobre el resto suele ser la puntería de su comedia, es un placer constatar que este último trabajo es francamente divertido.

También presentada a concurso, 'Joachim' recuerda la colonización portuguesa de Brasil a través de la figura del héroe nacional Tiradentes, que pasó de servir a la corona a luchar contra ella. Para ello recurre a la misma mirada naturalista del cine social de los Dardenne. La diferencia es que la pareja belga nos sumerge en sus historias a base de precisión narrativa, y contemplar 'Joachim' es tan excitante como ver una colada puesta a secar.