Un hombre mató a otro asestándole una profunda puñalada en el cuello el pasado lunes en la Rambla de Figueres. Aunque en un principio se apuntó a una posible discusión como desencadenante, los investigadores sospechan que el crimen fue completamente aleatorio. Según los testidos, una mujer ya había alertado pocas horas antes a la policía de que el mismo sujeto la había amenazado a ella con un cuchillo. Tras ese aviso, la Guardia Urbana y los Mossos se presentaron en el lugar, identificaron al agresor, lo registraron y le dejaron irse al no encontrar ningún arma. Horas después, apuñaló a un vecino de la ciudad de 64 años, que falleció antes de llegar al hospital. Se da la circunstancia de que el presunto homicida, Mohamed R, ya apuñaló mortalmente en el 2016 a una mujer, que era la propietaria del piso donde él vivía de alquiler en la capital del Alt Empordà. Por aquel homicidio, la Audiencia de Girona lo absolvió por una eximente completa de alteración psíquica, pero le impuso un internamiento psiquiátrico por un periodo máximo de 14 años. Estuvo ingresado hasta julio del 2018, cuando el tribunal cambio el régimen cerrado por el tratamiento ambulatorio dada su buena evolución.

Tras matar el pasado lunes con un cuchillo de grandes dimensiones a su segunda víctima, que estaba sentada en un banco con otras dos personas, el agresor lanzó el arma a un matorral del otro lado de la Rambla de Figueres y se sentó en otro banco. Allí fue detenido por la polícia.

En su declaración ante los Mossos, Mohamed aseguró que apuñaló al azar al hombre de 64 años porque sentía «deseo de venganza» y que lo atacó «sin saber por qué lo eligió a él». También afirmó que desde que salió del psiquiátrico había intentado hacer vida normal tanto en Girona como en Barcelona pero no le habían «dejado». Dijo incluso que se considera «un muerto en vida» y que se siente «muy maltratado» por las instituciones.