Un hombre de 57 años fue detnido ayer después de asegurar en una llamada al 112 que acababa de matar a su pareja sentimental de 60, por estrangulamiento, en una vivienda en una partida rural del término de Orihuela (Alicante), informa Efe. Fuentes conocedoras del caso señalaron que no había denuncias previas de la fallecida contra el hombre, y que tampoco se habían detectado episodios de violencia en el ámbito doméstico. Con el crimen de ayer son ya 28 las mujeres asesinadas este año y 952 desde que hay datos oficiales, en 2003.

El suceso se conoció en torno a las 7.45 horas cuando el presunto homicida, de nacionalidad búlgara, telefoneó para confesar que había acabado con la vida de su pareja en una vivienda unifamiliar de dos alturas situada en la vereda de la Buena Vida, en la pedanía oriolana de Desamparados. La fallecida, también búlgara y que no presentaba aparentes signos de violencia por arma de fuego o blanca, no pudo ser reanimada y solo se pudo confirmar su muerte cuando llegaron los agentes de la Policía Nacional y los médicos de una ambulancia. La brigada de la policía judicial y científica de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Orihuela se ha hecho cargo de la investigación, al tiempo que el cadáver de la mujer, Ivanka, fue levantado a las 10.40 horas por el juzgado de guardia. Los vecinos de la víctima mortal señalaron que no habían escuchado antes discusiones entre la pareja, que residía desde hacía 5 años en esa casa aunque vivían juntos desde hacía unos veinte.

«Ni peleas ni discusiones», habían oído previamente, por lo que se han quedado «en shock» cuando por la mañana han visto a una ambulancia y dotaciones de la policía a la puerta de la vivienda de esta tranquila zona del término municipal de Orihuela. La mujer trabajaba cuidando de una señora mayor y salía de casa todos los días muy temprano, mientras que el hombre llevaba un tiempo enfermo de las piernas y columna, y había perdido bastante peso. Decenas de oriolanos condenaron el asesinato en una concentración silenciosa al mediodía a las puertas del ayuntamiento. El alcalde, el popular Emilio Bascuñana, manifestó la «consternación y dolor» por lo sucedido y apeló a la «necesidad y compromiso de todas las administraciones y la ciudadanía, y en hacer todo lo que esté en la mano para evitar que estos hechos se vuelvan a producir».

Colectivos de mujeres de la localidad han exigido «medidas globales en todos los sentidos contra esta violencia estructural».