Al menos 550 inmigrantes y refugiados recibieron una multa de hasta 1.240 euros al no haber superado los exámenes holandeses de integración, unas pruebas sobre el idioma y la cultura nacional de obligada realización en los tres primeros años siguientes a la llegada a los Países Bajos.

«Para pasar el test, es necesario tener un conocimiento adecuado del holandés y de la sociedad neerlandesa. El examen de integración incluye lectura, redacción, audición y conversación», explicó ayer una portavoz del centro holandés de refugiados.

El año pasado, afirmó, se añadió al examen el componente «orientación al mercado laboral neerlandés», mientras que el «certificado de participación en la sociedad holandesa» es una parte obligatoria de la prueba desde enero del 2017.

Mediante una prueba básica del idioma, se evalúa si el inmigrante puede leer y hablar la lengua nacional, y también se analiza si es capaz de entender cómo funcionan la sociedad y el mercado de trabajo en los que se tendrá que desenvolver tras obtener su permiso de residencia temporal.

Las personas que no superan las pruebas se enfrentan a multas de hasta 1.250 euros abonadas a la Agencia Ejecutiva de Educación, la oficina del Gobierno para los inmigrantes.

Esta penalización «no es muy útil en la mayoría de los casos», reconoció la portavoz, porque «no contribuye a la integración» en muchos de ellos. «Para la gente que no estudia, o que ni siquiera lo intenta, claro que la multa es apropiada. Pero, muchos se habían esforzado y estudiado, pero cometieron uno o dos errores de más y suspendieron. La multa es mucho dinero para los refugiados que necesitan empezar su vida», agregó.

Las multas son el resultado de una nueva Ley de Integración, que entró en vigor en 2013.