El padre que el martes pasado arrojó a un bebé de 24 horas al río Besòs actuó sin el consentimiento de la madre. Por eso los investigadores de los Mossos d’Esquadra y la Fiscalía, que comparten la misma tesis, no acusan a la chica de asesinato, un delito que sí atribuyen al joven, a quien el juez envió el miércoles por la noche a un centro de internamiento en régimen cerrado. Dos días después, ayer viernes, poco antes de las dos de la tarde, los equipos de búsqueda localizaron sin vida a la criatura en el cañaveral que hay en la orilla del río.

La pareja, formada por dos menores de 16 años vecinos de L’Hospitalet de Llobregat, tuvo el hijo el pasado lunes en una habitación que alquiló en un hotel. Eran novios y habían llevado el embarazo de la mujer completamente en secreto. Nadie en su entorno conocía que ella estaba en estado.

Tras el nacimiento, el padre se llevó a la criatura el martes hasta Sant Adrià de Besòs, se adentró en el río y lo depositó cerca de un cañaveral, según testigos que presenciaron la escena desde arriba, a la altura de la calle. Esta secuencia de hechos, que comprenden desde que el padre coge al bebé hasta que lo abandona en el Besòs, fue una actuación que el joven llevó a cabo de forma unilateral, según fuentes consultadas por este periódico. Por ello, la madre está excluida del proceso judicial. Los equipos de emergencias localizaron finalmente el cuerpo del pequeño después de 72 horas de una agónica búsqueda, a cargo de un dispositivo en el que han participado Mossos, Bomberos, Policía local y, desde el mar, Guardia Civil y Salvamento Marítimo.