El profesor Mario Wannier estaba clasificando metódicamente las partículas en muestras de arena de playa de la península japonesa de Motoujina cuando detectó algo inesperado: una serie de esferas diminutas y vítreas y otros objetos inusuales. Wannier había estado comparando desechos biológicos en arenas de playas de diferentes áreas en un esfuerzo por evaluar la salud de los ecosistemas marinos locales y regionales.

"Estas partículas inmediatamente me recordaron algunas partículas esféricas (redondeadas) que había visto en muestras de sedimentos del límite Cretácico-Terciario", el llamado límite KT, que ahora se conoce como el límite Cretácico-Paleógeno (K-Pg), el cual marcó un evento de extinción en masa planetaria, incluida la muerte de los dinosaurios, hace unos 66 millones de años.

La colección de partículas de vidrio contó entonces con la involucración durante un año de científicos y experimentos en Berkeley Lab y 'UC Berkeley'. El esfuerzo finalmente revelaría la diversidad y singularidad de las partículas estudiadas, incluidas mezclas químicas y minerales inusuales; el exótico ambiente de alta temperatura y alta presión en el que se formaron; y el potencial de nuevos descubrimientos en futuras exploraciones.

Tras este descubrimiento en 2015, Wannier viajó a Japón para recolectar más muestras. En todas estas, había entre 12,6 y 23,3 gramos de estos esferoides y otras partículas inusuales por cada kilogramo de arena. Esta extraña variedad de partículas vítreas representó entre el 0,6 y el 2,5% de todos los granos examinados. Wannier extrajo aproximadamente 10.000 de estas partículas de las arenas y las clasificó en seis grupos diferentes de acuerdo con sus rasgos físicos.

Las consistentemente altas concentraciones de esta extraña variedad de partículas en las arenas de la playa recolectadas a unos 6,44 y 11,27 kilómetros de la ciudad de Hiroshima hicieron sospechar que podrían estar relacionadas con la explosión de la bomba atómica que devastó Hiroshima la mañana del 6 de agosto de 1945.

Además de 145.000 muertos en total (instantáneos y por enfermedades derivadas), la bomba y las tormentas de fuego resultantes en su mayoría nivelaron un área de más de 10,36 kilómetros cuadrados, y destruyeron o dañaron aproximadamente el 90% de las estructuras en la ciudad.

Basándose en el volumen de los residuos vítreos encontrados en las arenas de la playa, Wannier y sus colegas estimaron que un kilómetro cuadrado de arena de playa en el área, recolectada de su superficie a una profundidad de aproximadamente 10,16 centímetros, contendría de aproximadamente entre 2.200 y 3.100 toneladas de partículas.

LOS MATERIALES

Un estudio que detalla los análisis del material, publicado en la revista 'Anthropocene', proporciona una exploración exhaustiva de las muchas fuentes posibles para las partículas inusuales, y concluye que son las consecuencias de la bomba A de la ciudad destruida de Hiroshima.

Los experimentos y los análisis relacionados determinaron que las partículas se habían formado en condiciones extremas, con temperaturas que excedían los 1.800C, como lo demuestra el ensamblaje de cristales de anortita y mullita que los investigadores identificaron. Muchas de las partículas en forma de esfera y otros bits probablemente se formaron en una elevación alta alrededor de la bola de fuego ascendente de la explosión. Los materiales barridos desde el suelo burbujearon y se mezclaron en este ambiente turbulento antes de enfriarse y condensarse y luego llover.

Los investigadores también encontraron que la composición de las partículas de escombros se corresponde estrechamente con los materiales que eran comunes en Hiroshima en el momento del bombardeo, como el concreto u hormigón, el mármol, el acero inoxidable y el caucho.

Los investigadores del último estudio han bautizado las partículas fundidas que estudiaron como Hiroshimaita para resaltar sus características distintas y su posible origen en la explosión de la bomba atómica de Hiroshima.