Fue detenido en la selva peruana. Vivía, meditando y rezando, del dinero y el esfuerzo de las tres mujeres que llama "mis esposas", una de ellas la joven española Patricia Aguilar. Decía ser el príncipe Gurdjieff y anunció que iba a repoblar el mundo con ellas; de hecho tuvo seis hijos mediante "alquimia sexual" con ellas. Félix Steven Manrique está en una prisión peruana acusado de trata de personas con fines de explotación. El informe psicológico que los peritos peruanos hicieron sobre él, al que ha tenido acceso EL PERIODICO, dictamina que "no evidencia deterioro cognitivo ni alteración psicopatológica que le impidan percibir y evaluar la realidad"; es decir, el gurú no está loco.

Es "cauteloso, locuaz, detallista y suspicaz". Félix Manrique, de 35 años, el mayor de tres hermanos, "hace uso de sus habilidades y utiliza la persuasión para generar atracción hacia las mujeres… haciéndolas partícipes de su visión poligámica que él mismo impone con fines de aparente beneficio común", según los psiquiatras que le examinaron en Perú tras ser detenido, el pasado 6 de julio.

Temas esotéricos

Dos psicólogos, el comandante Koc Medina y el capitán Daniel Apolinario, firman el informe sobre el gurú. Le definen primero físicamente como un hombre delgado, de estatura pequeña y tez "trigueña", "sin deficiencias físicas manifiestas". Muy pronto, el líder de un grupo sectario sonríe cuando le consultan por temas esotéricos, en los que es experto y pregunta si también sus "esposas" han pasado la evaluación psicológica.

Manrique asegura a los psicólogos que está en prisión "por tonto y por todas las suegras que tengo, me están denunciando porque no aceptan mi estilo de vida". Insiste en que son las madres de sus esposas las que lo han perseguido y señala que: "las suegras están mintiendo". La investigación alcanza a las tres mujeres con las que fue detenido y también a dos exadeptas más de su grupo. Dos de ellas no habían tenido relaciones sexuales hasta que se fueron con él.

En cuanto a su relación con la joven española, el gurú miente y afirma que la conoció apenas dos meses antes de que cumpliera 18 años, por redes sociales. En realidad lo hizo cuando ella tenía 16 años. Asegura que de Patricia le gusta "su manera de ser y también físicamente. Es comprensiva, cariñosa, gentil, amable y educada. Desde que llegó Patricia no he visto otra mujer. Mis esposas son para mí las personas más cercanas a Dios".

Sus "esposas" lo mantenían

Sobre sus ocupaciones, indica que Patricia abonaba cacao y "mis otras dos esposas eran ayudantes de cocina. A una le pagaban 600 y a otra 15 soles diarios". Él no tenía ocupación alguna; ellas le mantenían y cuidaban a los niños, que estaban desnutridos cuando fueron rescatados por la policía.

Ante los psicólogos, Manrique habla de su infancia, de cómo su padre "toma" (bebe) demasiado "y por eso le pegaba a mi mamá". De que le pegaba con la correa gruesa del cinturón pero era un hombre "jovial y comunicativo".

El gurú asegura haber tenido una vida dura y haber sufrido 'bullying' en varios colegios. Todo cambió, asegura, cuando una tía suya quiso suicidarse. Él comenzó a leer libros de "contenido mágico", sobre todo de Hare Krishna. En uno de esos grupos conoció a su primera esposa, ocho años mayor que él. Tienen una hija de 10 años y las dos estaban con él cuando fue detenido.

A su segunda esposa la conoció cuando ella estudiaba Arte en la universidad. "Me gustaba su manera de ser. Me atiende si estoy mal, es buena mamá, es noble", afirmó de ella. Con ella tiene tres hijos de 9, 5 y 3 años. Manrique admite que "fue un error de cálculos económicos tener varios hijos, no tuve una perspectiva clara".

"Actitudes agresivas"

Se define como un hombre justo, optimista y con confianza en sí mismo. Los psicólogos peruanos aseguran que es una persona lúcida, con pensamiento coherente y sin ideas delirantes. En su examen, detectan que el gurú "evidencia actitudes agresivas que reprime ante personas más fuertes físicamente". Uno de sus hijos acusó a Manrique de que golpeaba a una de las esposas; otra de ellas admitió que el hombre también maltrataba a los niños con el cinturón.

Estos días, Manrique está siendo evaluado nuevamente después de que la juez del juzgado penal 31 de Lima, que lleva el caso, haya encargado otra pericial psicológica y psiquiátrica para determinar "su estado de salud mental, personalidad y perfil sexual".

Las mujeres del grupo también fueron examinadas por psicólogos tras ser rescatadas. Explicaron que el gurú les dedicaba "un día a cada una" para tener relaciones sexuales, por eso, dijeron, no había celos entre ellas. Patricia, la joven española, lo definió como "culto, inteligente y cariñoso". Los psicólogos concluyen que ella es "proclive a ser manipulada e incentivada y sugestionable por objetivos de afectividad emocional".