El Mediterráneo tiene ya, como el océano Pacífico, sus particulares sopas de plástico, al acumular una pieza cada cuatro metros cuadrados. Esa es la conclusión del informe Un Mediterráneo lleno de plástico. Estudio sobre la contaminación por plásticos, impactos y soluciones, elaborado por la unidad científica de Greenpeace que fue presentado ayer, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos, a bordo del Rainbow Warrior III en el puerto de Valencia. La oenegé ecologista aseguró que el problema es ya tan grande que se debe «cerrar el grifo» a este material y empujar a las empresas a que busquen alternativas.

«No hace falta irse lejos para ver la dimensión del problema de los plásticos. Solo tenemos que asomarnos al Mediterráneo para ver cómo su fauna marina se asfixia, ingiere o se enreda con plásticos», señaló Elvira Jiménez, responsable de la campaña de océanos de la oenegé ecologista. El informe asegura que el 96% de las basuras analizadas en el Mediterráneo son plásticos y que este mar concentra entre el 21% y el 54% de todos los fragmentos de microplásticos del mundo.

En la presentación, Luis Francisco Ruiz-Orejón, investigador del CSIC-CEAB (Consejo Superior Investigaciones Científicas-Centro de Estudios Avanzados de Blanes), destacó que no se trata de un problema únicamente «estético». «Desde toda la comunidad científica se están obteniendo evidencias de los efectos que provocan sobre una gran parte de los organismos marinos en todas las escalas tróficas, además de los cada vez más relevantes efectos socio-económicos», resaltó.

Para corroborarlo, Jesús Crespo, un pescador artesanal de la localidad alicantina de Dénia, explicó ayer que los animales se lo comen porque lo confunden con alimento. «Hemos encontrado pescados con plástico dentro», precisó. Además, Crespo anunció que han presentado un proyecto para que sean los propios pescadores los que se encarguen de realizar la recogida de plásticos.

«Según el informe de la oenegé, anualmente llegan al mar ocho millones de toneladas de plástico, lo que al día suponen unos 200 camiones llenos, y según Eurostat, solo el 20% de este material se recicla de forma adecuada. De hecho, Greenpeace puso el ejemplo de las bolsas de plástico, cuya vida útil es de apenas 12 minutos.

Por eso, Elvira Jiménez, responsable de la campaña Menos plástico, más Mediterráneo, aseguró que la situación es tan grave que «no basta solo con reciclar, hay que cerrar el grifo a este material y optar por la reutilización». Pero también consideran necesario que «las empresas que producen estos productos y los políticos que legislan apuesten por las alternativas».