La depresión aislada de niveles altos (DANA) causó ayer las peores inundaciones de los últimos 25 años en Cataluña con el trágico balance de un muerto y cinco desaparecidos. Medio centenar de carreteras y varias vías de ferrocarril cortadas, pueblos inundados, colegios cerrados y 30.000 personas sin luz se añadieron al balance. La tromba recordó por sus consecuencias la gota fría que en octubre de 1994 castigó las comarcas de Tarragona, que esta vez también se han llevado la peor parte. La de ayer fue además la tromba más intensa de los últimos 50 años.

La única víctima mortal confirmada es un vecino de Arenys de Munt (Maresme), de 75 años, quien de madrugada salió de su casa al ver que bajaba muchísima agua por la riera y que su coche, estacionado allí, corría peligro. Su cuerpo apareció horas más tarde en la playa de Caldes d’Estrac, a ocho kilómetros. El alcalde de Arenys de Munt, Josep Sànchez, lamentó el suceso, que calificó de «accidente que se podría haber evitado» ya que el ayuntamiento había dado dos avisos previos a los vecinos de la rambla para que retiraran sus coches por el aguacero.

Otro escenario dramático fue la comarca de la Conca de Barberà. Poco antes de la medianoche del martes, el agua que desbordó el río Francolí arrastró a una madre y su hijo que se encontraban en el interior de una casa móvil en una finca de Vilaverd. Los desaparecidos son la madre y un hermano de un vecino, de 69 y 42 años, respectivamente. «Por suerte, el hombre pudo salvar a su mujer y las dos hijas, pero no a su madre y a su hermano», explicó el alcalde de Vilaverd, Antoni Anglès.

Bombers y Mossos d’Esquadra, con el apoyo de medios aéreos y muchos voluntarios, peinaron la zona cero del suceso. «El despliegue de efectivos para encontrar a los desaparecidos es considerable. Se trata de una de las zonas críticas alrededor del río Francolí», explicó Óscar Peris, delegado del Govern en las comarcas de Tarragona. Este río, que desemboca en Tarragona, llegó a registrar un caudal de 1.200 metros cúbicos por segundo, mil veces su volumen habitual.

Otras tres personas desaparecieron arrastradas por el agua a escasa distancia de Vilaverd, en L’Espluga de Francolí. Son los ocupantes de un turismo que apareció destrozado después de que sus familiares dieran la alarma. Los equipos de rescate cortaron el techo del vehículo con la esperanza de encontrar a las víctimas en su interior, pero estaba vacío. A 100 metros apareció un camión belga sin su conductor, al que también buscaban los bomberos.

Además, una niña de 7 años y una mujer de 35 tuvieron que ser hospitalizadas en Sant Celoni debido a los destrozos que la lluvia torrencial y un violento tornado causaron en el cámping Aqua Alba de Gualba, donde varias caravanas fueron arrastradas y un bungaló se quedó sin tejado.