La muerte violenta, presuntamente causada por su padre, de la niña de Alzira desató indignación entre profesionales de la salud mental, psiquiatras y psicólogos, que advierten de que en las situaciones de maltrato por parte de un hombre a su pareja femenina las víctimas «fundamentales» siempre son los hijos, aunque, coinciden, pocas veces se les considera como tales.

Esos profesionales, no obstante, se muestran muy cautos y reticentes a valorar el tema. «Sé que esto cuesta de admitir entre colectivos de mujeres, pero hace muchos años que dejo constancia de mi punto de vista: los hijos son las principales víctimas de la violencia o el maltrato en una pareja», afirma la psicoanalista Laura Kait, que fue supervisora de una casa de acogida de mujeres maltratadas. «Ellas, las madres, son personas adultas responsables de su vida. Los niños, no -añade. Esas mujeres pueden irse del domicilio del maltratador, pedir ayuda pública o privada; los niños, no. El porqué una mujer se queda al lado de alguien que sabe que la puede matar forma parte de su inconsciente y merecería una terapia para hacer consciente ese inconsciente».

Dicho esto, Kait explicita que la absoluta responsabilidad de lo ocurrido es del padre, supuesto asesino en este caso. «De nuevo, se trata de un hombre que se comporta como un niño enfurecido que tiene una pataleta, pero con la fuerza física de un adulto masculino». Los menores asesinados por parejas o exparejas de sus madres suelen ser víctimas de un acto de venganza, coinciden los profesionales. Un acto que trata de golpear a la madre allí donde más daño se le puede hacer a cualquiera: matando a sus hijos.