Tras denostar durante años la política de desalinizadoras emprendida por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, el Ejecutivo de Mariano Rajoy apuesta ahora por esta tecnología para hacer frente a la escasez del agua. Así figura en el borrador confidencial del pacto nacional del agua que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente entregó en febrero al PSOE, y al que ha tenido acceso este periódico. El documento también propone «estudiar la viabilidad técnica, ambiental y económica» de nuevos trasvases entre cuencas «siempre que cuenten con el consenso suficiente» y «garantizando la preferencia de la cuenca cedente sobre cualquier otro uso», como ya había adelantado la titular del departamento, Isabel García Tejerina, en una reciente entrevista. El ministerio lleva meses de reuniones con comunidades autónomas, agentes sociales y demás implicados en la gestión del agua para dar a luz un pacto nacional que se ha marcado como principal objetivo. Para ello, necesita al otro partido con poder autonómico, el PSOE, que ha respondido al borrador de Agricultura enviando su propia propuesta. Tejerina aseguró que serían necesarias «mayorías en el Congreso». No habrá trasvases, por tanto, si no es con el beneplácito del PSOE.

La apuesta por las desalinizadoras no consiste solo en mejorar las existentes sino también en construir otras nuevas. La desalinización fue el método alternativo que el PSOE impulsó tras la derogación del trasvase del Ebro que había impulsado años antes el Ejecutivo del PP.

Desde el Partido Socialista ven con buenos ojos que el PP apueste claramente por las desalinizadoras. «Hasta ahora se venía insistiendo en que la desalación era un recurso de emergencia para momento de sequía, a diferencia de lo que mantenía el PSOE, y no se las incorporaba como elemento estructural de la política del agua. Ninguna fuente de agua puede ser considerada subsidiaria de otra», subrayan fuentes socialistas.