El Ministerio de Sanidad y las comunidades abordarán esta tarde en el Consejo Interterritorial la actualización del plan de respuesta temprana frente al coronavirus para tratar de frenar esta segunda ola. Sobre la mesa estará la posibilidad de aplicar un toque de queda, una medida planteada inicialmente por Madrid, aunque luego matizó, y que verían bien comunidades como Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana. Cataluña, Andalucía, Euskadi, Galicia y La Rioja también se han mostrado abiertas a considerarla si ayuda a controlar la expansión del virus.

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En la reunión, Sanidad también planteará el cierre de la hostelería a partir de las 22.00 horas.

El toque de queda es una medida que, como ya avanzó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, requeriría de la declaración del estado de alarma, que podría "adoptarse en una parte del territorio o en todo", aunque "no hay tomada ninguna decisión" por el momento sobre su implantación ni sobre la franja horaria en la que se aplicaría.

El estado de alarma es uno de los escenarios que ya contemplaba el plan de respuesta temprana frente al coronavirus consensuado entre el Gobierno y las comunidades el pasado mes de julio para atajar los brotes que progresivamente se iban desatando por todo el país. Se trataba del último de tres, diseñado para cuando ni las medidas autonómicas ni las actuaciones coordinadas del Ministerio tuvieran sus efectos para contener la propagación del virus.

EL PLAN DE RESPUESTA DE SANIDAD

La actualización del plan lleva días sometiéndose a revisión y su versión final podría quedar definitivamente aprobada esta tarde en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud si pasa antes el filtro de la Comisión Pública de Salud, convocada a las 12:00 horas, han informado a Efe fuentes de este departamento.

En un borrador inicial de la actualización del plan conocido la semana pasada, el Ministerio proponía un sistema de indicadores y alertas para regular unas respuestas mínimas comunes de restricciones en todo el territorio ante la expansión de la covid. La idea era establecer un cuatro niveles de alerta para determinar "unas actuaciones mínimas, proporcionales" al nivel de riesgo de transmisión del coronavirus y que garanticen una coordinación suficiente entre las comunidades autónomas.

No obstante, como ya advirtió el lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, era un borrador sobre el que se iba a trabajar hasta el último minuto, por lo que iba a sufrir muchas modificaciones. De hecho, a día de hoy se está trabajando en él para añadir las distintas aportaciones que han hecho las autonomías al esqueleto preparado por Sanidad; el documento final que les presente hoy contará con alrededor de unos 8 indicadores principales y otros 15 complementarios para actuar en función del riesgo.

LA POSTURA DE LAS COMUNIDADES

El toque de queda podría ser una de esas medidas que se debatirán, según han adelantado varios representantes autonómicos. La precursora en plantear esta figura, decretada en la actualidad por ejemplo en ciudades como París y ocho áreas metropolitanas, fue la Comunidad de Madrid; su propuesta es que pueda prolongarse desde la medianoche y las seis de la mañana para perjudicar lo menos posible a bares y restaurantes y evitar botellones y fiestas en viviendas. De hecho, la Consejería de Sanidad madrileña presentará el viernes una orden, que entrará en vigor el sábado, con posibles cierres de actividad por horas para reducir los contagios de coronavirus, especialmente entre los jóvenes. Así lo ha indicado la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, que ha eludido utilizar la expresión "toque de queda".

Las autonomías están abiertas a plantearse la medida. Entre las más convencidas están Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha abogado por que se haga un "planteamiento ahormado a nivel nacional" en restricciones como el toque de queda. "Se puede llamar toque de queda o que no quedemos", ha especificado.

La Comunidad Valenciana ya avanzó el miércoles que estudia la posibilidad de pedir al Gobierno el toque de queda en su ámbito territorial pese a tratarse de una de las regiones con mejores indicadores; y Asturias también ha mostrado su disposición a estudiar la posible aplicación de esta medida con carácter nocturno si el Ejecutivo considera puede ser eficaz. Catalunya también tiene el toque de queda sobre la mesa dada la mala evolución de los datos del virus en la comunidad.

De la misma forma, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha pedido al Ejecutivo central que, si el toque de queda es una medida efectiva y recomendada por técnicos y expertos por el recrudecimiento de la pandemia del coronavirus, tome una decisión unánime al respecto y que se adopte para el conjunto del país.

Por su parte, el lendakari, Iñigo Urkullu, se ha mostrado "abierto a la reflexión" sobre la adopción de un nuevo estado de alarma en el Estado y la aplicación del toque de queda, pero si antes se han tomado todas las medidas preventivas y no han sido suficientes, y si su aplicación es gestionada desde las comunidades autónomas.

La presidenta de La Rioja, Concha Andreu, ha avanzado que aunque entre las medidas restrictivas adoptadas para su comunidad -como su cierre perimetral- no está el toque de queda, esta cuestión "se adoptaría también si fuera necesaria, una vez que el Gobierno de España articule su figura legal".

El conselleiro gallego de Sanidad, Julio García Comesaña, ha considerado que esta herramienta es "interesante", pero ha pedido criterios objetivos para determinar cómo y en dónde se aplica y también definir exactamente "qué es".

Por el contrario, Canarias, la región con los mejores indicadores de todo el país, pedirá que se le excluya si el Gobierno establece un toque de queda para todo el país, ha anunciado el presidente del archipiélago, Ángel Víctor Torres. Tampoco Baleares se plantea por ahora implantar el toque de queda porque allí no es una "medida prioritaria", según ha dicho el portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Baleares, Javier Arranz.