Los gatos han de mostrado ser excelentes escapistas. Sus innatas habilidades felinas los hacen sortear obstáculos y salir airosos en la mayoría de las situaciones que afrontan. Por eso los perros los odian. No pueden con ellos.

Y lo mismo pasó en una cárcel de máxima seguridad en Sri Lanka donde un gato narcotraficante, detenido el 1 de agosto por traficar dos gramos de heroína, dos tarjetas SIM para teléfonos celulares y una tarjeta de memoria envueltos en bolsas de plástico y atados a su collar, se escapó sin que nadie se diera cuenta.

De acuerdo con un reporte del periódico Aruna citado por el Daily Mail, el animal fue encontrado el sábado, pero el domingo se fugó.

La seguridad y las autoridades de la prisión de Welikada no se explican cómo el felino burló a los guardias.

Las primeras pesquisas señalan que el animal fue entrenado por el mismo cartel que tiempo atrás usó un águila para distribuir drogas en un barrio de Colombo, capital del país.

Según informa Strambotic, dicha banda estaba vinculada al jefe mafioso local Angoda Lokka, recientemente fallecido.

Lokka murió a principios de julio mientras estaba escondido de las autoridades. El domingo pasado, una pareja fue arrestada por cremar clandestinamente el cadáver y falsificar documentos de identidad del difunto mafioso.

Las autoridades carcelarias del país reportan un aumento de los intentos de introducir drogas, teléfonos móviles y cargadores en los centros penitenciarios en los últimos tiempos.