Los días como cantante de Britney Spears podían estar contados, según ha explicado su representante, Larry Rudolph, al portal estadounidense 'TMZ': "No quiero que vuelva a trabajar hasta que esté preparada física y mentalmente. Si no se recupera, nunca volverá. Estoy aquí para cuando ella quiera trabajar. Y, si alguna vez quiere volver, estaré aquí para decirle si es una buena idea o no".

La cantante, de 37 años, ingresó a principios de abril en una clínica debido a un cuadro de ataques de ansiedad motivados por la enfermedad de su padre, Jamie Spears, que padece cáncer y que ha sido sometido a varias intervenciones. Spears ha suspendido "de forma indefinida" sus actuaciones y tenía previsto empezar en febrero su segundo espectáculo permanente en Las Vegas, llamado Britney: Domination, con 32 actuaciones programadas a razón de medio millón de dólares por actuación.

Al parecer la enfermedad del padre de Britney Spears ha desestabilizado a la artista. El padre de Spears asumió su tutela cuando, a principios del 2008 fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos, Sean Preston y Jayden James, que Britney tuvo con el bailarín Kevin Federline, de quien se divorció en el 2007.

Desde que en 1999 publicó su primer álbum BabyOne More Time, Larry Rudolph ha acompañado a Spears durante la mayor parte de su carrera. "La considero una hija. Personalmente me gustaría que encuentre un lugar tranquilo y feliz. Ya no se trata de una carrera, se trata de la vida", ha contado el mánager también a Variety.

"Hola, chicos, para todos los que estáis preocupados, todo está bien, mi familia ha pasado por mucho estrés y ansiedad últimamente y necesitaba tiempo para lidiar con ello. No os preocupéis, volveré muy pronto", comentó la propia actriz en uno de sus vídeos. En otro se la ve practicando yoga.