Una llamada a la responsabilidad, a no recurrir al discurso del miedo y no agitar la inmigración con un objetivo electoral. Estas son las recomendaciones que la organización Andalucía Acoge y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) formulan en un comunicado en el que reclaman "más recursos y menos discursos irresponsables". Las dos organizaciones, junto a otras entidades que trabajan desde hace años al pie del cañón en la primera acogida de inmigrantes llegados en patera, piden además que "cese el alarmismo y el sensacionalismo con la inmigración".

Carlos Arce, coordinación del área de migración de la APDHA, no tiene pelos en la lengua a la hora de afirmar que se falsea la realidad. Algunos de los datos que utiliza por ejemplo el popular Pablo Casado son "falsos, radicalmente inciertos". Y aporta cifras para desmentirlos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) entre las 10 primeras nacionalidades de extranjeros en España, no figura ningún país subsahariano. "Desde los años 60, el porcentaje de personas que emigran está estable, alrededor del 3% de la población mundial y los refugiados no llegan al 8% de los migrantes en todo el mundo. En la UE representan el 09,4% de los 508 millones de habitantes", agrega.

Arce señala que "no hay ninguna invasión ni flujo descontrolado", lo que sí ha sucedido, insiste una vez más, es que la frontera sur de España se ha convertido en una destacada vía marítima de entrada a Europa tras complicarse los itinerarios por Grecia e Italia. Elena Tajuelo, presidenta de Andalucía Acoge, replica a los dirigentes conservadores: "lo que hay en la frontera sur no es una invasión de entradas, es una fosa con 1.500 personas muertas en lo que va de año". La federación lafede.cat remarca: "las llegadas se han reducido a la mitad en relación al año pasado en el conjunto de la Unión Europea (UE). Llega mucha menos gente pero muere mucha más en el mar". Tajuelo cuestiona el "efecto llamada" que los políticos conservadores achacan a la acogida humanitaria por parte de España de los refugiados del barco ‘Aquarius’. La presidenta de Andalucía Acoge desmiente este argumento porque el proceso migratorio no es inmediato "puede durar meses e incluso años".

Las alarmas en España se han disparado porque han entrado por la frontera sur de forma irregular unas 20.000 personas este año. ¿Qué pasaría en España si hubiera los 3 millones de refugiados que hay en el Líbano?, se pregunta Arce.

Elena Tajuelo pone el dedo en la llaga porque teme que el discurso del miedo "pueda crear un rechazo hacia los migrantes no solo hacia los recién llegados sino también hacia los que viven aquí". Esto es lo que ya ha sucedido en países como Italia donde los comentarios xenófobos del ministro del Interior, Matteo Salvini, ha sido el caldo de cultivo idóneo para que se hayan registrado un aumento de agresiones a extranjeros en las últimas semanas. La oposición ha pedido al Gobierno explicaciones ante la espiral racista. En España, según datos del Ministerio del Interior, se contabilizaron el año pasado 1.285 agresiones o delitos de odio.