Ya lo anunciaron el pasado lunes los maestros de ceremonia, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla: la gala de los Goya tendrá mucho feminismo y poca política. Si en los Globos de oro el grito feminista llegó de la mano de los vestidos negros y en los Feroz solo hubo entregadoras de premios, los premios más importantes del cine español estarán llenos de abanicos rojos con el lema 'Más Mujeres'. Los repartirán las socias de CIMA (la asociación de mujeres cineastas) con el objetivo de denunciar la situación de desequilibrio y para insistir en su decidida determinación a repararla.

A pesar de que dos de las cinco películas que aspiran al Goya a mejor película tienen un directora ('Estiu 1993', de Carla Simón, y ‘La librería', de Isabel Coixet), el cine sigue siendo una industria donde los hombres tienen mucho más fácil llegar a determinados puestos de poder. De hecho, de todos los nominados al Goya (sumando las casi 30 categorías) solo el 27% son mujeres. En ocho categorías -entre ellas, fotografía, música original, efectos especiales y sonido- no hay ni una sola mujer.

CIMA ha emitido un comunicado para pedir más mujeres en los cargos de responsabilidad y en cargos técnicos. “Más mujeres que aporten la necesaria mirada femenina al mundo que compartimos”, reclaman.

La reivindicación parece que no ha cabido en saco roto porque el Instituto del Cine prepara un cambio legislativo para dar más puntos (y, por lo tanto, más posibilidad de recibir ayudas públicas) a las películas dirigidas o escritas por mujeres.