Investigadores del Vall d’Hebron Institute of Oncology (VHIO) han logrado desarrollar un nuevo tratamiento, que se ha probado con éxito en ratones y que esperan probar en fase de ensayo clínico en humanos en el 2020, para inhibir un gen que causa, entre otros, el cáncer de pulmón más agresivo. En España se detectan 28.645 nuevos casos de cáncer de pulmón cada año y este es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo. Ahora, el equipo liderado por Laura Soucek, investigadora del Grupo de Modelización de Terapias Anti-Tumorales en Ratón del VHIO y cofundadora y directora ejecutiva de Peptomyc SL, ha hallado una nueva manera de atacar a Myc, un gen clave en el desarrollo de la mayoría de tumores.

A través de un comunicado emitido por el VHIO, Soucek recordó que comenzó a desarrollar su idea de inhibir a Myc, hace 20 años, y para ello diseñó Omomyc, un transgén que inhibía esta proteína sin generar efectos adversos y que ahora ha conseguido convertir en un fármaco administrable. Según publicó ayer la revista Science Transational Medicine, en un artículo cuya primera autora es Marie-Eve Beaulieu, anteriormente investigadora en el grupo de Soucek y ahora directora científica de Peptomyc SL, se ha demostrado que Omomyc puede usarse como terapia anti-Myc contra el cáncer de pulmón no microcítico, el subtipo más agresivo y mortal en mujeres y hombres.

El cáncer de pulmón no microcítico (o cáncer de pulmón de células no pequeñas) representa del 80% al 85% de cánceres de pulmón. Los tres tipos principales de cáncer de pulmón no microcíticos son el adenocarcinoma, el carcinoma de células escamosas y el carcinoma de células grandes. Soucek y su equipo han conseguido producir Omomyc como miniproteína y administrarlo como fármaco antitumoral en modelos de ratón con cáncer de pulmón no microcítico. Según Soucek, «la administración de Omomyc por vía intranasal se tolera bien, reduce el grado tumoral y bloquea su crecimiento.

«En este estudio demostramos que Omomyc puede ser administrado por vía intravenosa sin producir efectos secundarios en el ratón e impidiendo el crecimiento tumoral, hecho que nos permite extender esta nueva terapia para tratar otros tipos de cáncer y sus metástasis», sostiene Soucek.

La importancia del gen Myc en el desarrollo de cáncer es conocida desde hace tiempo, ya que está comprobado que es un factor de transcripción implicado en múltiples procesos biológicos esenciales para el desarrollo del cáncer: interviene en la proliferación y división celular, en el metabolismo y en la regulación de la respuesta inmunitaria.

Así, según Soucek, inhibir Myc tiene el potencial de atacar las células cancerígenas a través de varios mecanismos: primero bloquea la proliferación celular y limita que el tumor crezca, luego impide que actúe en el metabolismo de la glucosa, lípidos y formación de nuevas estructuras de la célula, afectando así al crecimiento y supervivencia celular, y por último facilita que las células tumorales sean detectadas y atacadas por el sistema inmunitario.