El exobispo de San Sebastián, José María Setién, ha fallecido esta madrugada a los 90 años de edad en el Hospital Donostia de la capital guipuzcoana donde se encontraba hospitalizado tras sufrir un ictus este pasado domingo. Su funeral será este miércoles al mediodía en la Catedral del Buen Pastor, según han confirmado fuentes del Obispado de San Sebastián a Europa Press.

Setién estaba ingresado en la uci del citado hospital y finalmente no ha logrado superar el ictus que sufrió este domingo y ha fallecido a las dos de esta madrugada.

Setién (Hernani, 1928) fue obispo auxiliar de San Sebastián entre 1972 y 1979 y titular entre ese año y el 2000. Su funeral será oficiado por el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla.

Implicación en el conflicto vasco

Setién fue obispo de San Sebastián durante los años más duros de ETA. Se erigió en una controvertida figura por sus opiniones afines al nacionalismo, en las que muchos vieron una cierta comprensión hacia los miembros de la banda terrorista a la que siempre pidió que dejara de matar.

Sus posiciones a favor del derecho de autodeterminación y de la negociación entre el Gobierno y ETA fueron muchas veces cuestionadas, así como sus críticas a algunas acciones policiales y su denuncia de las supuestas torturas infligidas a integrantes de ETA.

Fue calificado de equidistante desde las posiciones alejadas del nacionalismo, cuando no de amigo de ETA, pero nada de ello impidió que a lo largo de su ejercicio siguiera hablando del problema de la violencia en el País Vasco desde un punto de vista político. Y "ético", según solía subrayar.

"Queremos hacer una revisión de nuestras actitudes, ante la paz no podemos contentarnos con decir que la culpa de la falta de paz la tienen solo los otros", aseguró en febrero de 1994 este religioso, una persona considerada de trato frío, al que gran parte de las víctimas de ETA sintieron casi siempre muy lejano.

Lamentó las muertes ocasionadas por la violencia terrorista y también las de los propios terroristas, como las de las víctimas del atentado contra el cuartel de Vic (Barcelona) en junio de 1991, y la de dos miembros de ETA en un posterior enfrentamiento con la Guardia Civil.

En una pastoral de finales de 1997, dijo que ni los atentados de ETA ni las acciones policiales "deben paralizar los esfuerzos orientados a buscar otros caminos más humanos de pacificación". En septiembre ya había reclamado la apertura de un diálogo para lograr la paz y el año anterior había reiterado la disposición de la iglesia vasca a "un servicio de mediación" entre el Gobierno y ETA.

En enero de 2000, unos días antes de su renuncia al cargo, volvió a hacer un nuevo pronunciamiento polémico. Afirmó que la paz tenía un precio y que el acuerdo al que debía llegarse es "qué precio se está dispuesto a pagar".

EH Bildu destaca su mediación

La portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, ha afirmado que Setién concitó el "apoyo" de los feligreses de Gipuzkoa y siempre abogó "por el diálogo y la paz".

En una entrevista a 'Radio Euskadi', Iriarte ha afirmado que tuvo ocasión de conocer personalmente a Setién durante la etapa en la que ella trabajaba en la radio y era "un hombre amable y afable".

Iriarte, que ha trasladado el "más sentido pésame" de EH Bildu a sus familiares y allegados, ha asegurado que al obispo emérito "le tocó una situación en Euskal Herria en la que siempre abogó por el diálogo y por la paz".

"Le tocó una situación dentro de la Iglesia Católica que no fue fácil para él pero lo que sí consiguió es concitar el apoyo de los feligreses de la Iglesia guipuzcoana y me parece que es algo muy importante desde el punto de vista de un Obispo", ha manifestado.