Espaldarazo para la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera. El borrador de su plan para la transición energética remitido a las instituciones europeas es el mejor de todos los presentados por los 28 países que integran la Unión y el único que aprueba el examen encargado por la European Climate Foundation, el principal think tank privado del continente en la lucha contra el calentamiento global. El segundo lugar lo ocupa Francia, y uno de los peores puestos, Alemania.

La UE obligó a los países a remitirle antes de finales del año pasado los borradores de los denominados Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima 2021-2030. España envió el suyo fuera de plazo, en febrero, acogiéndose a una prórroga solicitada también por otros países. Al final fue el último en entregarlo. Ribera recordó entonces que apenas habían dispuesto de siete meses para elaborar un documento complejo. Cuando accedió al Gobierno, en junio del 2018, se encontró con que sus antecesores «no habían escrito ni una línea».

El plan español prevé una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el 2030 del 20% respecto a las de 1990. Para lograrlo, se propone que el 74% del parque de generación de energía eléctrica corresponda a tecnologías renovables con el objetivo de llegar al 100% en el 2050. También se espera que 4,5 millones de los vehículos que circularán a finales de la próxima década sean eléctricos y que cuatro de las siete centrales nucleares hayan cerrado. En el 2025 también habrán desaparecido todas las centrales térmicas de carbón.

La Comisión Europea publicará su propia evaluación y sus recomendaciones sobre los planes en junio pero la European Climate Foundation se ha adelantado. Y los expertos del Ecologic Institut y Climat, a quienes ha encargado el examen, han hecho un dictamen nada favorable. Solo España se salva. Y por poco: logra 52,4 puntos sobre 100, frente a los 46,9 de Francia, 44,2 de Grecia y 42,8 Suecia. No parece casualidad que estos países obtengan las mejores puntuaciones. Junto a Finlandia (39,2), Holanda (36,7) y Dinamarca (35,7) forman parte del grupo que exige mayor ambición a la UE en la lucha contra el cambio climático. Esto explicaría también que países punteros, como Alemania y el Reino Unido, ocupen los puestos de cola con notas tan pobres como 12,5 y 21,1, respectivamente.

INCUMPLIR EL ACUERDO DE PARÍS / La mayoría de suspensos se deben a que las medidas previstas por los países «no están a la altura de las ambiciones establecidas por los legisladores de la UE y el Acuerdo de París», según las conclusiones del estudio. En ninguno de los ámbitos analizados (nivel de ambición de los planes, grado de detalle y proceso de participación) salen bien parados los países.

El informe ha detectado sobre todo «limitaciones en la eliminación del uso carbón para la generación eléctrica, el mantenimiento de subsidios a los combustibles fósiles, pocas indicaciones sobre las inversiones necesarias, un uso excesivo de biomasa insostenible, una consulta pública inadecuada y la carencia de una intención clara de llevar a cero las emisiones en el 2050».

Para Lara Lázaro, una de las investigadoras principales del informe, el plan español «debe ser elogiado como una hoja de ruta omnicomprensiva hacia la descarbonización, desarrollada en menos de un año con un esfuerzo considerable», pero advierte de que su primer puesto «no debería ser motivo para autocomplacencia».