El detenido por la muerte violenta de Mònica Borràs, la mujer desaparecida en Terrassa en agosto del 2018, habría atacado a su víctima con un hacha, según se desprende de la investigación policial y ha podido saber la ACN. El asesino confeso compareció ayer ante el juez, quien acordó prisión provisional, comunicada y sin fianza.

A pesar de que el detenido se acogió a su derecho a no declarar, el juez consideró que existen suficientes indicios contra él tras el análisis del móvil de la víctima, de la actividad bancaria registrada después de su desaparición y de la existencia de una agresión mutua con su expareja cuatro días antes. Las peleas entre ambos eran continuas. El togado llega a la conclusión, según el auto de prisión, de que Mónica Borràs fue «víctima de un ataque contra su vida» en el interior de su domicilio de Terrassa por parte del arrestado. Y concreta que se produjo el 7 de agosto del 2018 entre las 9.59 horas y las 10.46 horas, con posterior ocultación del cadáver. Los investigaciones apuntan que una vez cometido el asesinato, el detenido enterró a la mujer en el patio de la casa. Levantó las baldosas del suelo, hizo un agujero justo para que cupiera el cuerpo y volvió a cimentar y poner baldosas.

Tras descubrirse el cuerpo sin vida de la mujer, él mismo confesó a la Policía el crimen y reconoció que el cadáver hallado era el de su expareja.

Eso sí, explicó, según detalla la resolución judicial, que «no recordaba exactamente el número de golpes que le dio con un hacha», a la vez que admitió que no paró hasta que la mujer no cayó al suelo.