Actualmente, asociamos estrés a nuestra sociedad, al ritmo de vida frenética y al exceso de tareas a lo largo del día. Es una forma compleja de vivir que tiene esas consecuencias sobre nuestro organismo y sobre nuestras emociones. Erróneamente creemos que una vida diferente puede reducir el malestar, cuando no es realmente así. Vidas más sencillas, pero en las que exista una preocupación constante por la supervivencia o por el miedo a la enfermedad, también generan ese estrés, ya que es en sí una detección de posibles amenazas sobre las que el cuerpo reacciona. Un estado que puede ser funcional pero que, de mantenerse, acaba perjudicando a quien lo sufre.

Sí es cierto que parte de nuestro estrés nace en la pérdida del equilibrio. Focalizamos todo nuestro tiempo y otorgamos todos nuestros recursos a áreas demasiado específicas, como puede ser el trabajo o el cuidado de la familia. Siempre hay una parte que se pierde, como podría ser la vida social o el tiempo para el gimnasio, y que acaba repercutiendo en todos los niveles. Esa búsqueda del equilibrio que ha podido asociase tradicionalmente a la cultura oriental, puede justo ayudarnos a combatir esa parte de nuestro estrés. De hecho, la psicología va bebiendo de la fuente de esa sabiduría y busca la forma desde la vida practica o desde la psicoterapia de incorporarlo para ayudaros a sanar o tolerar la ansiedad y controlar las emociones negativas.

ARMONÍA Y COHERENCIA

Si pensamos en trabajar en una oficina cuyos valores chocan con los nuestros, donde nos vemos forzados a realizar tareas que no nos gustan y donde sentimos que no estamos siendo éticos, lo que menos podríamos sentir es bienestar. No hay una coherencia entre mi forma de vivir dentro y fuera del trabajo. Esto siempre acaba generando estrés. Muchas veces, lo vemos solo de forma externa, cuando alguien nos lo intenta imponer, pero también nos lo hacemos a nosotros mismos. Sonrío cuando estoy triste, tengo una casa más grande de lo que realmente querría por mero estatus, acumulo dinero que no tengo tiempo para gastar o me da miedo el compromiso, pero lo busco cada día. Todas estas incongruencias personales son las que rechazarían estilos de vida como el Chwa, una tradición japonesa centrada en la armonía, el equilibrio y la congruencia entre el sentir, querer y necesitar.

Desde de la filosofía del Chwa encontramos el libro homónimo de Akemi Tanaka, quien coge la tradición del pasado para traerla al caos que llevamos tiempo sintiendo en occidente. Es un modo de vida al que vamos acostumbrándonos, últimamente con el orden de Marie Kondo.

Pero ¿cómo podría encontrar el equilibrio para poder reducir y eliminar el estrés en mi modo de vida? La autora propone diferentes puntos importantes a trabajar desde el Chwa:

1. Orden y vinculación en el hogar

Todo tenemos un cajón que acumula objetos sin orden y de los que nos cuesta desprendernos, pero a los que no tenemos cariño. No hay ningún problema es esto, pero algunas personas convierten su casa en todo ese cajón. Acumulación, objetos sin afecto o ropa que nunca donamos. El Chwa nos empuja a desprendernos de unas cosas y ordenar y querer otras. La casa es la base de toda nuestra seguridad y emocionalidad.

2. Escucha activa

Cuando nos relacionamos, necesitamos llenar vacíos, hablar de nosotros y aconsejar desde la imposición a los demás. Si queremos una mayor armonía, tenemos que dar la vuelta a esto y practicar más una escucha activa, sin precipitarnos, desde el respeto y la compasión al otro.

3. Equilibrio laboral

Las relaciones laborales suelen estar marcadas por la jerarquía y la sumisión. El miedo al despido y la presión de algunos jefes nos hace someternos cuando realmente no va con nosotros. No ponemos límites, callamos, vivimos en desequilibrio y acabamos quemados. El equilibrio consiste en ser buenos trabajadores, formar equipos, pero no dejar que sea el silencio y la permisividad los que dominen nuestra vida en la oficina.

La tranquilidad, la paz mental y la serenidad no siempre están cerca. A menudo tenemos que cambiar de continente y buscar filosofías orientales para encontrar aquellos puntos que sentimos que ahora nos falta. Japón es una de las culturas de las que nos estamos nutriendo ahora a nivel filosófico y psicológico, ya que nos da el equilibrio que necesitamos para reducir y eliminar el estrés.