La mujer embarazada que había superado las 42 semanas de gestación e ingresó por orden judicial en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) el pasado miércoles para evitar que pariera en casa, como era su voluntad, dio a luz la madrugada del viernes tras practicarle los facultativos una cesárea. El parto tuvo lugar pasadas las dos de la mañana y tanto la madre como la hija se encuentran bien. Una juez de Oviedo había ordenado el ingreso hospitalario obligado de la mujer tras recibir una solicitud del subdirector de Servicios Quirúrgicos y Críticos para la práctica de un parto inducido junto a un informe donde se advertía de que si el parto no se realizaba en el hospital existiría «riesgo de hipoxia fetal y muerte fetal intrauterina». La Policía Local acudía al domicilio de la mujer unas horas más tarde, junto a un equipo médico y una ambulancia medicalizada para cumplir el mandamiento judicial y trasladarla hasta el centro hospitalario. En un principio, el marido se mostró reacio a su traslado y una matrona particular explicó a los agentes que era innecesario el ingreso porque ella tenía controlados los latidos del feto y ya empezaban las contracciones, si bien, finalmente, la Policía consiguió convencerlos y la mujer fue trasladada.