La nueva operación contra el narcotráfico, llamada Trapera, de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar, saldada con 29 detenidos y 36 registros en las provincias de Cádiz y Málaga, se dirigió ayer contra un grupo cercano al conocido clan de los Castañas, cuyos dos máximos dirigentes están en prisión desde el año pasado. Según informó la Guardia Civil, las investigaciones que han permitido llevarla cabo se iniciaron hace varios meses, cuando se tuvo conocimiento de que «un grupo cercano al conocido clan de los Castañas estaban introduciendo grandes cantidades de hachís», según relata la Guardia Civil.

A las 5.00 horas de ayer se puso en marcha un gran operativo en el que han participado más de 500 guardias civiles de distintas especialidades y provincias, ya que participaron agentes de las comandancias de Algeciras, Cádiz, Sevilla y Málaga, así como el GAR, GRS, Servicio Marítimo y Servicio Aéreo.

La mayoría de los registros se hicieron en la ciudad de La Línea de la Concepción, en las barriadas de San Bernardo y Atunara, de donde proceden los Castañas, en el entorno de la urbanización Panorama, a la entrada de la ciudad, y también en Málaga.

El clan de los Castañas, uno de los más fuertes en la zona de El Campo de Gibraltar, perdió a sus dos líderes, el año pasado. Este clan sufrió su primer gran golpe en noviembre de 2016, cuando un dispositivo formado por más de 150 agentes permitió la detención en Cádiz y Marruecos de 30 miembros de la banda y decomisó una quincena de propiedades. Los líderes de los Castañas emprendieron entonces una huida que les llevó a permanecer ocultos con una orden internacional de búsqueda y captura. Antonio Tejón, el mayor, fue detenido en un hotel de Tetuán (Marruecos) en el que se iba a encontrar con su mujer, pero su extradición a España no llegó a producirse, y él aprovechó la circunstancia para volver a escapar y regresó a España, al parecer en una semirrígida. Al igual que su hermano vivió en La Línea, protegido por su “ejército” particular, el mismo que liberó a un detenido del Hospital de La Línea en febrero de 2018. Tras vivir un año y medio oculto, Antonio, fue detenido en junio del año pasado en una gran redada en La Línea de la Concepción. El menor, Isco, permaneció oculto unos meses más, hasta que decidió entregarse a los agentes el pasado 16 de octubre.