La salió mal la jugada. Un turista italiano se zampó una comilona de lujo en Formentera, básicamente compuesta de marisco, y pretendía irse sin pagar la cuenta, nada menos de 400 euros. De hecho, ni la pidió, directamente intentó marcharse del establecimiento. Los dueños del restaurante se vieron obligados a llamar a la Guardia Civil. En el festín de este local, Es Molí de Sal, según relata 'El Mundo', había ostras, pasta con bogavante, frituras de pescado, un par de botellas de vino... Y una copa para acabar. Todo ello en un privilegiado entorno con vistas a la cristalina playa de Ses Illetes.

Al cliente le debió de parecer idílico hasta el final, aunque nada más lejos de la realidad. Porque como recuerda este medio de no haber superado los 400 euros podría haber quedado en un delito leve pero que, al haber superado la cuantía, además de una multa el listillo podría afrontar una pena de estafa castigada con de seis meses a tres años de prisión.

Los responsables del local, además de la sorpresa por la cara del cliente, quedaron impactados por el saque del comensal, que que estuvo varias horas comiendo. Esto ocurrió el miércoles de la semana pasada y el jueves pasó a disposición judicial, donde quedó acreditada su insolvencia. Quedó en libertad con cargos.