Los Mossos d’Esquadra llevaron a cabo ayer la reconstrucción del crimen de la niña de 13 años asesinada el lunes en Vilanova i la Geltrú. Investigadores de la policía visitaron el piso de Juan Francisco L., de 42 años, el detenido como presunto autor del asesinato. Los Mossos tuvieron que acordonar la calle ante la tensión vecinal. La niña fue hallada por dos tíos que entraron por la fuerza en casa del detenido, el vecino que presuntamente la había raptado. El sospechoso vive en el 1º 1ª del mismo bloque de los abuelos de la menor, justo debajo de éstos. Los dos hombres, hermanos del padre y de la madre, golpearon su puerta y, al ver que caía en contradicciones, percibieron que la niña tenía que estar en esa casa, tras 3 horas buscando sin éxito por la calle y alrededores. Lo apartaron, encontraron una puerta cerrada, la abrieron, vieron un colchón fuera de lugar y, al levantarlo, descubrieron el cuerpo sin vida de la chica. Eran las diez de la noche, acababa de la peor manera imaginable una búsqueda angustiosa de una desaparición inconcebible. Según ha podido saber este diario, cuando fue arrestado, el hombre gritó: «¡Yo no he sido!». El detenido es un individuo conocido en la localidad, donde ha destacado por su implicación en las fiestas locales.

El intendente de los Mossos, Toni Rodríguez, recordó ayer la cronología de las tres horas consumidas entre la desaparición y el hallazgo de su cuerpo. El padre de Laia, la menor asesinada, llamó a los abuelos a las siete de la tarde para decirles que estaba de camino y «que la niña ya puede ir bajando». La niña había salido a las cinco del colegio y se fue a casa de sus abuelos. El padre, aparcó un poco más adelante del portal del edificio de los abuelos. Y esperó en el coche. Pero Laia no aparece y sube a buscarla. Los abuelos le explican que la niña ha bajado en cuanto él ha llamado. «Se activa la búsqueda pero lo hacen, como resulta lógico, en la calle, no dentro del edificio», aclara Rodríguez, que subraya que no hubo ninguna negligencia por parte de la familia, si no todo lo contrario, «mucho coraje». El padre activa a su pareja sentimental y sus familiares, entre ellos a los dos tíos que terminarán encontrándola. La Policía Local se suma a la búsqueda. Una patrulla de los Mossos, en compañía de los dos tíos, acude al bloque y revisa a fondo la casa de los abuelos. Después, tocan los timbres de todos los vecinos. El del 1º 1ª tarda mucho en abrir y, cuando lo hace, aparentemente recién salido de la ducha, se muestra sorprendido y niega tener cualquier información que les sirva. Los tíos desconfían y vuelven más tarde al mismo piso y encuentran el cuerpo inerte de Laia. Todo había terminado.