Howard Lam compareció la semana pasada ante la prensa de Hong Kong con un autógrafo de Messi y una veintena de grapas en los muslos para evidenciar los desmanes chinos en la excolonia. Había sido torturado por matones enviados por Pekín y abandonado en una playa. Hoy está detenido y será juzgado por mentir a la policía en el último giro de un caso con serias repercusiones políticas.

El miembro del Partido Democrático (PD) de Hong Kong, hostil a Pekín, había pedido meses atrás al FC Barcelona una fotografía de Messi para dársela al Premio Nobel de la Paz encarcelado, Liu Xiaobo. La recibió cuando Liu ya había fallecido de un cáncer fulminante y pensó en dársela a su viuda, la poetisa Liu Xia, a la que Pekín mantiene blindada. Y ahí empezaron sus presuntos problemas: primero las llamadas amenazantes y después el secuestro en plena calle. Ocurre que un medio local con sobrada paciencia e instinto repasó las grabaciones de los locales de la concurrida zona de Mong Kok y no vieron a Lam siendo introducido a la fuerza en una furgoneta y sí a un tipo que se la parecía mucho con gorra, máscara y gafas de sol subiéndose tranquilamente a un autobús público con destino a la playa.

UNA HORA Y MEDIA

La policía detuvo a Lam solo hora y media después de la publicación de la noticia. “De nuestra investigación se deduce que las informaciones que nos ofreció no son ciertas”, aclararon los agentes. El juez ha dictado prisión sin fianza por una presunta denuncia falsa de secuestro y empezará mañana el proceso sin él: Lam ha sido trasladado al hospital por jaquecas y disfunciones digestivas. La policía investiga su estado mental porque tiene antecedentes de depresión e intentos de suicidio.

El vuelco ha colocado en una postura delicada al PD. El histórico dirigente Albert Ho, que había acompañado a Lam en la rueda de prensa, pide más tiempo para sacar conclusiones y sugiere que el tipo con máscara, gorra y gafas de sol de las grabaciones podría no ser él. Pero la acumulación de indicios ha deslizado su defensa numantina hacia posturas más prudentes. De la sombras de la historia emerge al menos una certeza: la fotografía de Messi le fue enviada por el Barça tras pedirla para dársela a Liu Xiaobo, reconocido seguidor culé y admirador del argentino. Fuentes del club aseguran que es habitual para causas humanitarias o caritativas.

FRACTURA IRRESOLUBLE

El escándalo ha subrayado la irresoluble fractura en Hong Kong. El PD representa a los que denuncian las crecientes intromisiones ilegales de Pekín en asuntos propios a pesar del modelo 'un país, dos sistemas'. Cuatro libreros fueron abducidos de las calles de Hong Kong dos años atrás cuando preparaban un libro sobre la vida sexual del presidente chino y reaparecieron en la China continental para ser interrogados. El caso de Lam parecía certificar la actividad de agentes de Pekín en Hong Kong aun sin jurisdicción y anunciaba un acentuado periodo de resistencia.

Son días de eufórica revancha para los afines a Pekín. Un grupo de manifestantes ha pedido frente a la sede parlamentaria la dimisión y el procesamiento de los legisladores del PD, la prensa oficial de Pekín alude con sorna al caso y se ve con más optimismo la victoria en el polémico caso del nuevo puesto fronterizo en la zona de Kowloon. El Ejecutivo regional, colocado por Pekín, pretende que sea controlado por funcionarios del interior, lo que supondría su primera presencia legal en territorio hongkonés.

La isla, mientras, se pregunta qué es más inverosímil: que Pekín secuestre y torture a un enemigo político o que un legislador se desgarre las piernas para difamar al Partido Comunista.