Localizaban las piezas en el extranjero, las compraban de forma ilícita utilizando identidades falsas y, tras recibirlas mediante cualquier servicio de paquetería postal, se dedicaban a «canibalizar» las armas de las que disponían para convertirlas en armas de fuego reales como si fuera un juego de construcciones, montando y desmontando las piezas. La Policía Nacional ha logrado desarticular esta red con base en Sevilla que se habría hecho mediante este sistema con un auténtico arsenal de fusiles de asalto y armas de guerra sin ningún control legal. Los agentes han detenido al supuesto cabecilla, ya en prisión, y a uno de sus colaboradores, que ha quedado en libertad. Otras cuatro personas han sido interrogadas en calidad de intermediarios de la venta de las armas.

El polvorín mostrado por los agentes incluye dos subfusiles automáticos junto a varias piezas específicas destinadas a su rearme, un rifle de cerrojo del calibre 5.56 activo, un rifle de cerrojo del calibre 22 Little burguer activo, dos rifles del calibre 22, un arma corta Glock activa, 14 armazones de armas Glock -muy usada en el mercado ilegal porque con una pequeña modificación se convierte en automática-, diferente munición de guerra del calibre 5.56 y más de 2.000 cartuchos del calibre 9 milímetros, además de varias piezas como agujas percutoras, cañones Glock, silenciadores y herramientas para ensamblar armas de fuego. A los agentes les ha llamado la atención dos subfusiles uzi israelíes.