Los ‘círculos de hadas’ del desierto de Namibia (África) son áreas estériles rodeadas de vegetación perenne en forma de círculo, con una extensión que puede llegar hasta los 35 metros de ancho. Otras formaciones similares en el mundo son los montículos Mima (EE UU) y los heuweltjies (Sudáfrica).

Según el estudio publicado en la revista 'Nature', del que se ha hecho eco la agencia Sinc, existe una explicación para el origen de estas formaciones. El núcleo de la investigación se centra en el patrón de los propios ‘círculos de hadas’, caracterizados por su espaciamiento regular y una distribución hexagonal.

Aunque los patrones de vegetación regulares y autoorganizados son comunes en la naturaleza, aún se discute sobre los mecanismos que los rigen. En este caso existen dos hipótesis en torno a su creación.

DOS HIPÓTESIS

La primera sugiere que su origen se debe a que las plantas ayudan a la vegetación colindante a ellas, pero compiten con especies distantes, lo que genera algunos de los patrones observados en imágenes por satélite. La segunda atribuye su formación a"ingenieros" de ecosistemas subterráneos, como termitas, hormigas o roedores.

La investigadora Corina Tarnita, del departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EE UU) y su equipo conciliaron en este estudio ambas perspectivas a través de modelos de simulación. Dichos modelos fueron validados gracias a la información de campo obtenida en cuatro continentes: África, Norteamérica, Sudamérica y Australia.

Los resultados demostraron que existe una combinación competitiva de ambas perspectivas. Es decir, la existencia de colonias de insectos, sus interacciones y la influencia de la vegetación colindante son la causa conjunta de los patrones vegetales regulares y autoorganizados.

TERMITAS DE ARENA

En el caso concreto de los ‘círculos de hadas’, la investigación apuntó a las interacciones de las termitas de arena (Psammotermes allocerus), sus colonias y la vegetación como responsables de los patrones de vegetación hexagonales a gran escala que se observan en el desierto.

Las termitas construyen colonias centrales desde las cuales operan para mantener el crecimiento poblacional y la supervivencia. Las colonias más desarrolladas envían a futuros reyes y reinas, de forma dispersa y aleatoria, para establecer nuevas colonias.

Cuando las áreas de exploración entre colonias vecinas se solapan, pueden darse conflictos territoriales. Las colonias más grandes tienden a eliminar a las más pequeñas, mientras que las de tamaño similar desarrollan un límite compartido.

RETENCIÓN DEL AGUA

La acción concreta de estos insectos sobre el suelo y la distribución vegetal fue descrita en un estudio anterior, en la misma línea de investigación. Publicado por 'Science' en marzo de 2013 y realizado por Norbert Jürgens (Universidad de Hamburgo, Alemania), el estudio indicó que las termitas devoran la vegetación que sigue a las lluvias intermitentes del desierto.

Así surgen las zonas yermas circulares, y dada la rapidez de filtración y la falta de evapotranspiración, retienen el agua. Este proceso deriva en la formación de anillos de vegetación perenne, los cuales facilitan la supervivencia prolongada del ecosistema de las termitas de arena y favorecen la biodiversidad local.

Los autores concluyen que diversos mecanismos de autoorganización ecológica, como el de las termitas y la vegetación que rodea estos círculos, deberían tomarse en cuenta a la hora de explicar la distribución espaciada de estas características formaciones.