Agentes Rurales de la Generalitat localizaron el pasado viernes a un perro muerto escondido entre unos matorrales en una zona forestal de Balaguer (Lérida), por lo que han denunciado a su dueño. La autopsia ha concluido que el animal había sido asesinado por traumatismos en ambos lados del cuerpo, incompatibles con las secuelas de un atropello. El perro, de raza galgo, llevaba un microchip con el nombre de una persona con domicilio en Toledo, que permitió a los agentes contactar con el Colegio Oficial de Veterinarios de Castilla-La Mancha y averiguar que el perro había sido vendido a una persona de Balaguer, relatan Agentes Rurales en Twitter.

Con la colaboración de los Mossos d'Esquadra, citaron al propietario y la Consejería de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat le ha abierto un expediente por infracción muy grave de la Ley protección de los animales. Si se puede demostrar que el propietario mató al perro, podría tener que hacer frente a una multa mínima de 3.000 euros.