La subida de las temperaturas por el cambio climático modificará claramente las pautas de consumo eléctrico en Europa al aumentar las necesidades de refrigeración en verano, especialmente en los países del sur, incluida España, y descender la demanda de calefacción en invierno, sobre todo en los países nórdicos. Esta es la conclusión de un estudio encabezado por investigadores alemanes y estadounidenses que ha calculado el consumo futuro en 35 países. El trabajo se ha publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para el caso español, uno de los países peor parados, el balance anual para la década de 2080 será un aumento del consumo de al menos el 5,6% en caso de que la comunidad internacional siga con los brazos cruzados o del 2,1% si se aplican de forma efectiva y rápida los acuerdos de París. Habrá un incremento en la mayoría de países del sur y del centro, con llamativas subidas en Serbia (+7,7%) o Macedonia (+7,6%), mientras que en los beneficiarios se situarán Suecia (-5,4%) y Finlandia (-3,8%).

Otro de los resultados del estudio es que el pico de máximo consumo se desplazará de invierno a verano en al menos 18 de los 35 países analizados, lo que podría afectar a la tensión de las redes eléctricas europeas, que en periodo estival «ya están muy estresadas», dicen los autores, que creen esencial mejorar la interconexión entre países y fomentar las fuentes renovables.

«Es fascinante ver cómo la respuesta del consumo de electricidad a los cambios de temperatura es similar en los países europeos y el uso total de electricidad parece ser menor en días con una temperatura máxima de 22 grados y aumenta cuando esta temperatura máxima diaria sube o baja», explica la coautora del trabajo Leonie Wenz, del Instituto Potsdam para la Investigación sobre Cambio Climático.