El hospital Vall d’Hebron de Barcelona ha trasplantado, con éxito, a Derek, el primer niño burbuja (es decir, con una inmunodeficiencia combinada grave) detectado gracias al cribado neonatal implementado por la Consejería de Salud en el 2017. La inmunodeficiencia combinada grave consiste en la ausencia del sistema inmunitario, por lo que cualquier infección puede llevar al paciente a la muerte. Después de un trasplante de sangre del cordón umbilical realizado en el centro, Derek, que actualmente tiene 13 meses, ya tiene sistema inmunitario y puede hacer una vida normal.

Hace dos años que Cataluña, por primera vez en toda Europa y solo por detrás de EEUU, incluyó la detección de la inmunodeficiencia combinada grave en la prueba del talón que se realiza en neonatos durante las primeras 48 horas de vida, cuando el niño aún no ha padecido infecciones, algo que aumenta en un 95% su supervivencia tras el trasplante.Desde entonces, Cataluña ha cribado ya a 135.000 bebés y entre ellos solo ha habido un único caso de bebé burbuja, Derek. «Tener un cribaje positivo no quiere decir tener la enfermedad, sino que se debe confirmar. En caso de que se confirme, llevamos a cabo un proceso de aislamiento del niño e iniciamos la búsqueda del donante. Una vez aparece, se inicia el proceso de trasplante», explicó Pere Soler, jefe de Inmunodeficiencias del área infantil de Vall d’Hebron.

«A Derek le hicimos, a los tres meses de vida, un trasplante de sangre de cordón umbilical», dijo por su parte Cristina Díaz de Heredia, jefa de la Unidad de Trasplante Pediátrico de Progenitores Hematopoyéticos. «Antes del trasplante, al niño se le administró una quimioterapia y unos inmunosupresores. Y le trasplantamos las células por vía intravenosa».

Díaz de Heredia señaló la importancia de que los pacientes lleguen a la operación en las mejores condiciones posibles, es decir, sin haber contraído infecciones. Por eso es importante hacer rápido el trasplante, y de ahí la importancia de que la inmunodeficiencia, gracias a este cribaje, se detecta a las 48 horas del nacimiento del niño. «A Derek rápidamente lo ingresamos en aislamiento, donde estuvo tres meses. Durante ese tiempo, buscamos el donante», explicó.

Una vez encontrado este donante y antes del trasplante, al bebé se le proporcionó un tratamiento durante una semana que consistía en una quimioterapia e inmunodepresores para evitar el síndrome de injerto contra huésped.