El cura actualmente investigado por la diócesis de Terrassa por un supuesto delito de abusos sexuales cometidos cuando ejercía en la diócesis francesa de Beauvais (Francia), en los años setenta, empezó a ser investigado por el obispado galo desde más de un año antes de jubilarse y apartarse del sacerdocio.

Según informó en un comunicado la diócesis de Beauvais, su servicio de escucha y recepción, dedicado a atender a víctimas de pedofilia y abuso sexual por parte de religiosos, recibió la denuncia en marzo de 2017 de una persona que aseguraba haber sido víctima de abusos por parte del Rvdo. Esteve S.P., entonces adscrito a la diócesis de Terrassa.

Según la víctima, los hechos ocurrieron entre 1974 y 1977 cuando era mayor de edad y el cura ejercía su ministerio pastoral en la parroquia de Compiègne, ciudad situada al norte de París, donde estuvo desempeñando su labor hasta 1979, año en el que regresó a España alegando “motivos familiares”, según confirman fuentes de la diócesis francesa.

UN INFORME PRESENTADO LOS MESES SIGUIENTE DE LA DENUNCIA

El obispado galo asegura que, “en los meses siguientes” a la recepción de la denuncia en marzo y después de que el obispo se reuniera con la persona denunciante, presentó un informe a la Fiscalía de Compiègne, paso del que informó a la diócesis de Terrassa y a la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Desde el obispado egarense explican que no estuvieron al corriente del caso hasta “junio o julio de 2018”, esto es, cerca de un año y tres meses después de que se presentara la denuncia contra uno de sus curas, entonces rector de las parroquias de Martorelles y Santa Maria de Martorelles (Barcelona).

Fue justo en esas fechas, concretamente el 1 de julio de 2018, cuando se hizo efectiva la jubilación del sacerdote Esteve S.P., que dejó entonces sus funciones en ambas parroquias. Algo que, según el portavoz de la diócesis egarense, Fidel Catalán, no es más que una “coincidencia en el tiempo”, pues su jubilación “ya estaba prevista”.

"COINCIDENCIA EN EL TIEMPO"

Así, desde el obispado de Terrassa aseguran que su retiro “no está directamente relacionado” con la acusación sino con su edad y su estado de salud: “Tenía 81 años y los clérigos se suelen jubilar a los 75, aunque se puede alargar. Él lo hizo hasta los 81, pero el año pasado estuvo delicado de salud, por lo que él mismo pidió la jubilación”.

En esta línea, el portavoz insiste en que los dos procesos simplemente “coincidieron en el tiempo” pero afirma que, aunque “podemos suponer que sí”, no puede precisar si el clérigo estaba al corriente de las acusaciones que pesaban contra él en el momento de jubilarse, pese a que reconoce que ellos mismos eran los encargados de trasladárselas.

FECHAS IMPRECISAS

Aunque apuntan a esos dos meses, desde Terrassa no señalan la fecha exacta en la que la diócesis francesa comunicó que estaba investigando al párroco; del mismo modo, no lo detallan tampoco desde Beauvais. Ninguna de las dos partes aclara por tanto por qué el clérigo pudo mantener sus funciones durante todo el tiempo que estuvo siendo investigado.

El portavoz de la diócesis catalana asegura que la situación se debe a que durante ese tiempo se estaba llevando a cabo una “investigación interna” por parte del obispado francés y que cuando fueron informados ellos también hicieron “una investigación particular”, cuyas conclusiones trasladaron a la Santa Sede a finales de año.

Fue entonces cuando desde Roma “se encargó oficialmente a la diócesis de Terrassa completar la investigación”, lo que explica, según Catalán, que los hechos no hayan salido a la luz hasta principios del mes de enero, cuando el obispado emitió el comunicado.

LA VÍCTIMA, MAYOR DE EDAD

El portavoz de la diócesis de Terrassa se reafirma en que “no estamos ante un caso de pederastia”, algo que sería “más grave todavía”, sino que la víctima era mayor de edad en el momento de los hechos, por lo que “se tiene que estudiar todo más, para ver hasta qué punto es abuso o consentimiento, porque estamos hablando de adultos”.

Además, asegura que no pesa ninguna otra acusación contra el párroco, que llevaba ejerciendo en la diócesis desde que se creó en 2004, por lo que piden precaución ante un tema que les ha cogido “por sorpresa”.

El proceso de investigación, que continúa abierto, será enviado una vez terminado a la Santa Sede, la cual dictaminará en función de las conclusiones y podrá tomar las medidas que estime oportunas contra el sacerdote, pese a que los hechos ocurrieran hace más de 40 años y esté ya jubilado.