¿Cómo está afectando la pandemia del covid-19 al crimen organizado? El artículo Crime and contagion. The impact of a pandemic on organized Crime publicado por Global Initiative el 26 de marzo apunta cuatro tendencias. La primera es que las organizaciones criminales aprovecharán este parón para reformularse. La segunda, que la sobreocupación de los cuerpos policiales en contener la pandemia deja espacio a las mafias para incrementar alguna de sus actividades. La tercera es que la crisis sanitaria ha abierto una oportunidad de negocio a las estructuras criminales. La cuarta es que muchas organizaciones comenzarán a interesarse por los ciberdelitos y este interés podría mantenerse más allá de la covid-19. Aunque lo más inquietante es que este contexto de encierro favorezca un repunte de los abusos sexuales, sobre todo de menores, a través de las redes sociales.

El cierre de escuelas y el teletrabajo ha provocado que pederastas y menores coincidan durante más horas que nunca en la red. Ello dispara el riesgo de que los primeros ataquen a los segundos. El FBI ha alertado a los padres de que presten atención sobre todo a los juegos on line, que funcionan como redes sociales que permiten interactuar entre los usuarios, porque es donde pueden esconderse los depredadores. En el mismo sentido, algunas actividades no ilegales, como el consumo de pornografía podría aumentar durante estas fechas de confinamiento y esa demanda, a su vez, arrastrar a redes de explotación a producir vídeos para satisfacerla. U otras, también legales como los juegos de apuestas on line, podrían suponer un problema para familias con miembros menores de edad o proclives a la ludopatía. El gobierno de Pedro Sánchez acaba de prohibir la publicidad de las casas de apuestas on line antes de medianoche.

Agresiones sexuales / La plataforma Prevensi, creada recientemente para tratar de reducir las agresiones sexuales a menores, ha publicado consejos para las familias con menores a su cargo para tratar de ayudar a que los protejan de los ciberacosadores mientras dure el encierro en los hogares. «Los padres siempre preguntan a los hijos ‘¿cómo ha ido el colegio?’, se trata de que lo sigan haciendo mientras están en casa y consulten qué están haciendo en internet», razona Antonio Andrés Pueyo, uno de los impulsores de Prevensi y catedrático de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB). Los materiales difundidos por Prevensi aconsejan evitar las puertas cerradas y tratar de mantener abiertos los canales de comunicación entre adultos y menores para que los segundos sientan que pueden explicar cualquier situación extraña que vivan dentro de la red. Recomiendan que los más pequeños sepan que hay «secretos» buenos y malos. «Los padres deben preguntar si mientras estaban conectados han recibido alguna proposición extraña. Incluso ofertas económicas, dado que a veces los pederastas ofrecen bastante dinero a cambio de fotografías o videoconferencias. La primera idea que deben tener en cuenta es que en el interior de los domicilios pueden suceder cosas», avisa Pueyo.

Los consejos de Prevensi no se limitan únicamente al cibercacoso ni a las familias sin antecedentes de violencia sexual. También tratan de proteger a familias que viven menores que ya la han sufrido abusos o a familias en cuyo interior conviven bajo el mismo techo agresor y víctima, como cuando un padre ha abusado de su hija.