El anuncio de Facebook el pasado junio de que iba lanzar una nueva criptomoneda llamada libra causó un terremoto financiero solo comparable a la burbuja bitcóin del 2017. Las réplicas todavía perduran pese a que el proyecto ha sido ralentizado tras las presiones del presidente de EEUU, Donald Trump.

Libra abre una nueva dimensión en la amenaza general que suponen las monedas virtuales a escala planetaria y potencia que poderes privados asuman un control monetario hasta ahora reservado a los estados y al sistema financiero internacional.

Libra puede ser activo de intercambio entre millones de usuarios de la red social e instrumento valioso para las empresas que participan en el proyecto o cualquier otra que acepte sus reglas. Actualmente son 28 empresas comprometidas pero llegarán a ser un centenar. Entre ellas Visa, Paypal, Ebay o Spotify, por ejemplo. Libra cambia el concepto de criptomoneda. La más popular bitcóin se basa en el consenso de los integrantes anónimos del sistema, ellos certifican las operaciones realizadas mediante el sistema blockchain o cadena de bloques. En el caso de libra se recupera el concepto básico del dinero convencional, la confianza. Son sus propietarios los que avalan las operaciones, también con blockchain.

FIN AL MONOPOLIO / «El monopolio financiero lo rompió bitcóin cuando apareció. Pero por qué a este se le ha dejado operar y ahora hay tanta alarma. Aparte de razones políticas, un posible motivo es que, de hecho, libra y bitcóin tienen pocas similitudes. Incluso, algunos expertos ni siquiera consideran que libra sea una criptomoneda. Aunque esté basada en criptografía como bitcóin, esta última es que es una moneda no controlada por ninguna entidad, resistente a la censura. Libra no cumple es características y, por eso, puede prohibirse fácilmente actuando sobre las entidades que la impulsan.

La intención de Facebook de lanzar libra viene a certificar que el momento oportuno para romper el mercado financiero mundial está más cerca. Los bancos pueden protestar, pero tienen las de perder. No hay sitio para los bancos, no tienen nada que hacer», explica Javier Díaz Giménez, profesor del IESE y experto en criptomonedas. Pero el cambio que se avecina será en su opinión progresivo y los sistemas de pago van a convivir. La paradoja es que el dinero virtual está arropado de complejidad técnica poco comprensible para el ciudadano de a pie y eso se agravará en el futuro. «Somos la última generación de humanos que aspira a comprender los procesos que nos rodean. En el futuro da igual como funciona algo si lo hace de manera eficiente», dice Díaz.

CLIENTES / En opinión de Victoria Gago, cofundadora de la European Blockchain Convention, el proyecto libra ha dividido a la sociedad en dos pero el hecho de que Facebook tenga del orden de 2.380 millones de usuarios activos en el mundo, Instagram 1.000 millones o Whatsapp 1.500 millones hace que «miles de millones de personas vayan a poder hacer pagos con el simple acto de enviar un mensaje».

Esta danesa impulsora y divulgadora del fenómeno blockchain opina que «la tendencia al crecimiento de las criptomonedas no se puede parar, aunque a corto plazo algunos países intenten poner trabas regulatorias tanto a monedas descentralizadas (como bitcóin) como a monedas digitales de iniciativa privada (libra)».

«Pienso que libra puede suponer un riesgo para los bancos comerciales, ya que el sistema en el que se basa, Calibra, puede facilitar que se puedan ofrecer en el futuro préstamos, seguros, líneas de crédito... El acceso a 3.000 millones de personas hace muy fácil ofrecer servicios financieros de todo tipo», explica Gago.

La reacción de los bancos ha sido hasta ahora de extrema prudencia. Trabajan ya para ofrecer sus propios servicios en criptomonedas, pero no ha trascendido ninguna iniciativa concreta al respecto más que desarrollos en torno a la tecnología de validación de operaciones en comercio internacional, por ejemplo.

El Banco Santander oficialmente no comenta nada sobre criptomonedas pero su presidenta Ana Patricia Botín reclamaba en junio en Euromoney que o se desregula la banca o se regula a las big tech. Botín remarcaba así el campo de juego desigual existente en lo que respecta a la gestión de la información privada y la transparencia de los mercados de capitales.

Para el Banco de España, la situación está pendiente de la 5ª directiva de la Unión Europea para la Prevención del Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo, aún no traspuesta en España. Esa directiva deberá definir las monedas virtuales y exigirá el registro y actividad de los proveedores de servicios de cambio de moneda virtual y de custodia de monederos electrónicos.

El vacío legal impera en estos momentos y hasta en una discutida sentencia del Supremo se ha llegado a decir que «el bitcóin no es dinero, ni puede tener esa consideración legal a efectos de responsabilidad civil». Para los defensores de las criptomonedas, la sentencia pasará a la historia por ridícula al no considerar dinero a la moneda virtual más importante del mundo, con una capitalización de 175.000 millones de dólares.

ALERTA DEL BANCO DE ESPAÑA / La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, alertó en un foro de KPMG de las «implicaciones potencialmente sistémicas» que podía tener la puesta en marcha de la libra de Facebook. Delgado resaltó que el requerimiento de las autoridades estadounidenses de paralizar el proyecto ante la constancia de que rivalizará con la política monetaria estadounidense y el propio dólar no fue exagerado. En su opinión, para la banca «el reto más relevante a largo plazo se relaciona con la transformación del modelo de negocio, reto en el que la tecnología ocupa un papel central».

Pero el limbo legal impera. El Banco de España reconoce que «empresas autorizadas como entidades de pago realizan otro tipo de actividades que no están reguladas -y por tanto, tampoco prohibidas- a nivel comunitario». La autorización para prestar servicios de pago en un país de la UE habilita legalmente a hacer lo mismo en el resto de países del la UE. El Banco de España y la CNMV advierten de que las empresas o plataformas de intercambio de criptomonedas «no se encuentran reguladas en nuestro ordenamiento jurídico, ni son supervisadas en forma alguna, ni están acogidas a sistemas de garantía de depósitos».

LICENCIA DE MEDIOS DE PAGO / Prasos es una de esas empresas que aspiran a hacerse un hueco importante en los servicios financieros relacionados con criptomonedas. Tiene una licencia de medios de pago en Finlandia y eso le permite ofrecer servicios en cualquier país de Europa. Según Heidi Hurskainen, consejera delegada de la compañía, han tenido conversaciones con bancos europeos para ofrecer servicios financieros y confía en cerrar ya acuerdos el próximo año, pero impera la prudencia.

El negocio de esta empresa es dar servicio al cliente final, pero también ser plataforma que permite a los bancos o operadores fintech ofrecer intercambio de criptomonedas a sus clientes finales. «La inversión en criptomonedas es una inversión en tecnología», explica Hurskainen. «Los bancos van a esperar, no serán los primeros en introducirse en el mercado ya que necesitan un marco legal estable y predecible», añade. Sobre libra destaca su estabilidad, al estar ligada a una bolsa de divisas, «por lo que tendrá más utilidad como medio de pago más que como activo especulativo». En el caso de bitcóin opina que «es el oro de las criptomonedas» y que si sigue el ciclo de los últimos meses su precio subirá en año y medio, «aunque nadie puede asegurar nada y el inversor debe estar preparado para perder su dinero».

Carlos Domingo, exdirector de innovación de Telefónica y fundador de Securitize y del fondo de capital riesgo Spice VC, especializado en la inversión en blockchain, opina que «libra es lo más revolucionario que ha pasado en el mundo de las criptomonedas en 10 años, junto al nacimiento de bitcóin». Como experto, describe libra como un sistema basado en blockchain, «pero diseñado de manera nativa para el desarrollo de aplicaciones financieras». «Si se adopta, los reguladores van a tener que gestionar esa situación ya que supondrá una amenaza para las monedas existentes».

Para este experto, el potencial de libra va más allá de lo que se puede esperar, ya que supone la creación de un sistema financiero paralelo al de los bancos y más flexible, con creación de moneda propia y la posibilidad de crear tokens o activos relacionados con derecho a ser intercambiados por servicios y productos. Duda de que sea posible poner freno a libra, y el hecho de que el consorcio que lo gestionará haya elegido Suiza como centro de operaciones es ya un indicador de que el reto seguirá adelante tras el primer aviso.