El coronavirus se ha entrado en Milán, la primera gran capital italiana. Esta situación puede complicar el ya mastodótico aparato de prevención puesto en marcha en Italia en las últimas 48 horas en Italia, al tratarse de la primera gran capital afectada. El balance hasta ayer era de dos fallecidos, 51 personas infectadas y 60.000 ciudanos confinados. El Gobierno italiano prepara nuevas medidas para luchar contra el brote.

Los infectados en el país transalpino por el covid-19 era de 46 en la región de Lombardía (Milán) y 12 en el Veneto (Venecia), dos de los cuales muertos, aunque ambos ya presentaban un cuadro clínico complejo por otras enfermedades. La novedad de ayer es que se produjeron tres nuevos casos, uno en la región de Piamonte (Turín) y dos en la ciudad de Milán. "No será fácil, pero haremos todo lo que sea necesario", aseguró Giuseppe Sala, el alcalde milanés, ante la eventualidad de tener que decretar confinamientos en parte de la ciudad.

La región de Friuli-Venecia Julia (Udine), en el noreste de la península, fue la primera que ha declarado el estado de emergencia en Italia, que durará hasta el mes de julio. La junta regional ha justificado la medida, aduciendo su cercanía a la región Veneto, que cuenta con 12 positivos.

Esperando nuevas medidas

El Gobierno italiano y Protección Civil permaneceiron reunidos durante todo el día de ayer, en contacto por videoconferencia con los presidentes autonómicos del país. El primer ministro, Giuseppe Conte, había anunciado que se trataba de aprobar medidas extraordinarias, pero una rueda de prensa prevista para informar sobre las mismas se aplazó de hora en hora y por la noche no se había todavía celebrado.

La buena notícia fue que el centro sanitario Spallanzani, especializado en enfermedades infecciosas de Roma, dieron el alta a un joven investigador, que había dado positivo, y que fue repatriado de la ciudad de Wuhan junto con otros 55 connacionales. "Su caso nos ha permitido perfeccionar el tipo de análisis a realizar para descubrir el virus", informó el hospital. También mejoró la situación de la pareja de turistas chinos, que fueron los primeros infectados en Italia. El marido está "prácticamente curado", mientras que su esposa salió de la UVI y "está respirando autónomamente".

Por el momento, las personas invitadas a permanecer en sus casas en la región Lombardía son más de 60.000 en 11 pueblos afectados. En el Veneto no hay pueblos enteros aislados o "cerrados", aunque el hospital de Schiavonia tuvo que suspender prácticamente su actividad pública, pues a 450 personas que se encuentran en su interior personal médico y hospitalizados se les tiene que hacer análisis para verificar si se han contagiado. Los responsables del hospital Sacco de Milán, que se establecido en el centro de referencia de todos los infectados del norte, comunicó que las pruebas se están haciendo de forma continua día y noche. Hasta ayer por la tarde, se efectuaron análisis a 2.500 personas, un 13% de las cuales dio positivo.

Restricciones en los carnavales y el deporte

Además de imponer el cierre de casi todas las actividades públicas en las zonas afectadas, incluidos los carnavales previstos para estos días, también se han suprimido las actividades deportivas, incluidos los partidos de fútbol previstos para el fin de semana. Lo había solicitó Giovanni Malagò, presidente del Comité Olímpico Nacional (CONI). Si hay competiciones de cualquier nivel en zonas donde hay estos casos, allí no podrá haber deporte, es muy sencillo, explicó.

Luca Zaia, presidente del Veneto, después de haberse consultado con los rectores de las universidades, ordenó el cierre de las mismas hasta nuevo aviso. Las escuelas y jardines de infancia de las dos regiones ya habían sido cerradas antes.

Varios expertos italianos de enfermedades infecciosas manifestaron el sábado su preocupación por el hecho de que existen contagiados que no han tenido ninguna relación directa o indirecta con China o ciudadanos de aquel país. Su preocupación coincide con la de Tedros Adhanom, director general de la OMS, que insistió ayer que el tiempo para frenar la propagación de la enfermedad "se está acabando". Recordó que el 80% de los pacientes del coronavirus se recuperan, pero el resto padece síntomas críticos que ponen en peligro sus vidas.