Un accidente es la principal hipótesis que se baraja en la muerte de la niña de 3 años desaparecida la noche del miércoles en Pizarra (Málaga) y encontrada a primera hora de la mañana de ayer con un fuerte impacto en la cabeza junto a una vía del tren a escasos kilómetros de la localidad. Así lo confirmó el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, quien explicó en Madrid que «parece que se impone la teoría del accidente por encima de cualquier otra». No obstante, se está aún a la espera de la autopsia para determinar las causas exactas de la muerte de la pequeña Lucía Vivar Hidalgo, aunque el informe preliminar ya ha confirmado que el fuerte golpe fue el motivo del fallecimiento.

La Guardia Civil mantiene abierta una investigación desde que el cuerpo fue localizado a primera hora de la mañana por un maquinista que cubría el trayecto de Cercanías entre Pizarra y Álora. El cadáver de la niña se encontraba ayer en el Instituto de Medicina Legal para que la autopsia aclare si el golpe en la cabeza fue accidental o intencionado. En este sentido, cobra fuerza la posibilidad de que la pequeña se desorientara, echara a andar por la vía y al cansarse se echara a dormitar junto a esta, siendo golpeada por uno de los primeros trenes de Cercanías que pasan por ese tramo.

APENAS DOS MINUTOS / Un amplio dispositivo integrado por vecinos y fuerzas de seguridad buscaba a la pequeña desde última hora del miércoles, cuando se dio la voz de alarma después de que los padres perdieran de vista a la menor «apenas dos minutos», explicó el alcalde de Pizarra, Félix Lozano. La Guardia Civil informó en su perfil de Twitter de la desaparición. La pequeña llevaba un vestido de rayas y fue vista por última vez en la explanada de la estación de tren donde se encontraba con sus padres.

La familia es muy conocida en Pizarra. Allí reside la familia paterna -el abuelo de la niña tiene un negocio de maquinaria de construcción-- y la madre trabaja en una gasolinera. Se habían desplazado desde Alhaurín el Grande, donde los padres de Lucía viven actualmente, para conocer junto a unos familiares el nuevo bar abierto en la estación de tren, que atraía numeroso público de la zona. Sobre las 23.20 horas perdieron de vista a la pequeña, que había estado jugando con otros chicos, algunos de ellos familiares, en la plaza.

Fuentes municipales explicaron que en un primer momento la familia pensó que era un juego de la pequeña. Sin embargo, cuando localizaron el chupete de Lucía en uno de los bancos que dan a la vía cundió el pánico porque la niña no se desprendía de él.

El pueblo, a 33 kilómetros de Málaga y de apenas 9.200 habitantes, se volcó en la búsqueda. Se peinaron todos los alrededores del pueblo, con picos de hasta 600 voluntarios en algunos momentos. Sobre las ocho de la mañana los peores presagios se confirmaron cuando un maquinista que cubría el trayecto de Cercanías entre Pizarra y Álora avisaba que había localizado un bulto extraño en la vía, a unos siete kilómetros por carretera de donde se la perdió de vista por carretera y a unos tres kilómetros por la vía del tren. Unos operarios de Adif comprobaron que era el cuerpo de la pequeña.