La autopsia determinó que el cadáver hallado en El Prat es el de Janet Jumillas, según informaron ayer los Mossos. «La policía científica corrobora mediante las huellas dactilares que el cadáver localizado en El Prat pertenece a la joven desaparecida en marzo», desvelaron los Mossos en un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que recordaron que por este caso están detenidas dos personas: el presunto homicida, en prisión preventiva, y un supuesto encubridor, que permanece en libertad. El Ayuntamiento de Viladecans, donde residía la víctima, decretó un día de duelo oficial.

El cadáver, que presentaba un avanzado estado de descomposición, tras permanecer durante unos dos meses en la intemperie en el interior de un agujero de tierra de unos cuatro metros de profundidad y 30 de longitud, estaba envuelto con plásticos y tapado por matorrales. El solar en el que fue localizado ya estaba en el radar de los investigadores, gracias a la geolocalización del móvil del presunto asesino.

El hallazgo del cuerpo se produjo poco más de dos meses después de su desaparición. Los esfuerzos de los agentes de la Unidad Central de Personas Desaparecidas se han centrado todo este tiempo en dar respuestas a los familiares de Janet, que además de sufrir lo ocurrido con la mujer, han tenido que afrontar las otras muertes inesperadas de dos hermanos de Janet: por enfermedad y accidente doméstico.

Por el homicidio de Jumillas permanece en prisión desde el 9 de mayo Aitor G.P., a quien los Mossos vieron tirar una semana después de la desaparición de la mujer unas gafas rotas de la víctima y dos fregonas empapadas en sangre, que también manchaba las paredes y el suelo de su casa en Cornellà, donde había pintura reciente en una parte del piso.

Jumillas, de 39 años y madre de dos hijos, acudió el 13 de marzo a hacer unas gestiones en la oficina de la Agencia Tributaria de Cornellà y aparcó su vehículo cerca de ese lugar, situado a pocos metros del piso de Aitor G.P. Tras hacer las gestiones en Hacienda, Jumillas envió un mensaje de voz a su sobrino, informándole de que ya había acabado y que en media hora llegaría a Viladecans, en la que fue su última comunicación con su móvil.