Una jueza de Barcelona ha prohibido al youtuber Reset que utilice esta red social durante los próximos cinco años por humillar a un mendigo al ofrecerle galletas de la marca Oreo rellenas de dentífrico y grabarlo en vídeo. La titular del juzgado de lo penal número 9 de Barcelona ha impuesto al joven una pena de cárcel de 15 meses -que no cumplirá porque carece de antecedentes- por un delito contra la integridad moral. También deberá abonar 20.000 euros a la víctima.

En el vídeo que colgó el youtuber Kenghua R., un joven de 19 años creador del popular canal Reset, se podía observar cómo el chico hacía un tratamiento sarcástico, degradante y humillante de la situación. El youtuber publicó la lamentable escena en su perfil de la plataforma web, donde tiene más de un millón de seguidores y más de 10 millones de visitas al mes, y de donde saca un provecho económico. Por la difusión de estos vídeos consiguió en enero del 2017 un total de 798,29 euros; en febrero de ese año, 1.129,30 euros, y en marzo, 253,92.

Al tener conocimiento del vídeo, agentes de la Guardia Urbana del distrito de Sants-Montjuïc localizaron a la víctima en una calle del barrio de la Marina del Port y le plantearon la posibilidad de denunciar los hechos.

UN MENDIGO DE BARCELONA / El 1 de noviembre del 2016 el youtuber aceptó el reto de uno de sus seguidores, que consistía en ofrecer galletas Oreo con el relleno de pasta de dientes, aunque «para captar de forma más efectiva la atención morbosa de sus seguidores» y conseguir más ingresos con su canal, decidió focalizarlo en una persona sin hogar.

Según relata la jueza, el acusado fue a buscar un mendigo en plena calle en Barcelona, le entregó 20 euros y un paquete de galletas que contenía las de pasta de dientes, que esta persona comió, «con ánimo de ridiculizar y vejar a dicha persona, y en general a todas las personas que se encuentran en situación de extrema pobreza».

Así, colgó el vídeo en su canal de Youtube y dijo en él frases como: «Esto le ayudará a limpiarse los dientes» y «La verdad es que se siente bien uno cuando ayudas a una persona», con el que tuvo un gran eco mediático.

Tras borrar el vídeo, el 24 de enero de 2017 el youtuber fue a buscar al mendigo con sacos de dormir y mantas, le ofreció 300 euros para que no le denunciara y le propuso pasar la noche con él para hacer otro vídeo «para tratar de congraciarse con la opinión pública», aunque fue interceptado por la Guardia Urbana.

Según la sentencia, no es esta la última vez que el acusado llevaba a cabo «acciones de naturaleza vejatoria contra personas indefensas y vulnerables»: se han localizado otros vídeos que muestran que, al menos en dos ocasiones, rellenó un bocadillo de pan con excrementos de gato y los ofreció a un anciano y a un menor de edad, que en ambos casos lo rechazaron. No obstante, ninguna de esas dos víctimas ha podido ser identificada.

Tras recordar que el mendigo sufrió vómitos tras ingerir las galletas Oreo y sintió tristeza y miedo, la juez concluye que se trata sin duda alguna de un «trato humillante, degradante y estigmatizador». Además, añade la juez, ese tipo de acciones no solo humilla a la persona que las sufre, sino que «produce un efecto que repercute en todo el colectivo, que multiplica su estigmatización y contribuye a mantener los estereotipos y la posición social del mismo».